ETA amenazó con más atentados y culpó al gobierno español del fracaso en la negociación de paz. Debilitada por importantes operaciones policiales recientes, sobre todo en Francia, la banda terrorista afirmó ayer a través de un comunicado que seguirá “golpeando” a España y reivindicó los atentados cometidos desde el final de su tregua.

En su primer comunicado desde la ruptura del cese de fuego en junio, la organización independentista armada vasca volvió a reclamar “el derecho de Euskal Herria de decidir libre y democráticamente su futuro”. En el anuncio, difundido por los diarios vascos Gara y Berria, sus canales habituales, ETA aseguró que seguirá “golpeando las estructuras del Estado español en todos los frentes”. Los observadores opinan que la decisión del grupo separatista no sorprendió a los servicios de seguridad, que ya tenían previsiones en este sentido, informó el diario español El País, en su edición digital.

ETA atribuyó el fracaso del intento de proceso de paz además de al PSOE, al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna la región del País Vasco. Ese intento de negociación del gobierno español había seguido a la declaración de un “alto el fuego permanente” de los etarras en marzo de 2006, ETA subrayó que el proyecto de paz del gobierno de Rodríguez Zapatero “carecía de contenido político” y buscaba sólo “desactivar el proyecto independentista vasco”, por lo que culpó al mandatario español del fracaso del proceso de paz, roto tras el atentado en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, donde fallecieron dos ciudadanos ecuatorianos.

El secretario del oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Blanco, aconsejó a ETA que “pierda la esperanza”, porque el gobierno seguirá sin ceder a “sus pretensiones”. Por su parte, la oposición conservadora del Partido Popular (PP) estimó que este mensaje de ETA es una “confirmación” de que la organización está dispuesta a matar y dijo que hay que llevar a cabo una guerra sin piedad contra ella, según Ignacio Astarloa.

ETA reivindicó el atentado del 24 de agosto contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango (País Vasco, norte), en el que resultaron heridos levemente dos agentes. También se responsabilizó de la explosión de una furgoneta en Castellón (región valenciana, este) el 27 de agosto y las de pequeños artefactos en márgenes de carreteras en Navarra (norte) el 25 de julio, al paso del Tour de Francia, y en La Rioja (norte), el 2 de septiembre.

Desde la ruptura oficial del alto el fuego en junio, numerosas acciones policiales en Francia y España han debilitado a la organización, que busca a través de la lucha armada la independencia del País Vasco. Más de una veintena de presuntos etarras fueron detenidos en las últimas semanas, 19 en Francia y otros en Canadá, México y España. La multiplicación de esas acciones impidió a ETA cometer atentados este verano (boreal), según el Ministerio español del Interior.

Ayer, la tensión siguió aumentando en el País Vasco con los incidentes protagonizados por la policía y varios manifestantes en San Sebastián durante una manifestación a favor de los presos etarras y prohibida, que fue secundada por unos cientos de personas y dispersada por las fuerzas de seguridad. La Ertzaintza, la policía regional vasca, detuvo a 11 personas, entre ellas Juan Mari Olano, portavoz de Askatasuna, comité de apoyo a los presos de ETA que había convocado la marcha, y uno de los agentes resultó gravemente herido.