EL MUNDO › RENUNCIO EL PREMIER DE JAPON
› Por Gloria Torrijos *
desde Tokio
El primer ministro japonés, el conservador Shinzo Abe, anunció de forma inesperada la renuncia a su cargo, que implica también su abandono como líder del Partido Liberal Democrático (PLD), la gran formación de la derecha japonesa, tras menos de un año al frente del gobierno. Estos casi doce meses se han caracterizado por escándalos de corrupción que desgastaron y llevaron al desastre histórico del PLD en las elecciones al Senado el 29 de julio, en las que perdió la mayoría a favor del Partido Democrático (PD), de centroizquierda, que encabeza la oposición.
El anuncio, realizado por Abe en rueda de prensa televisada a todo el país, fue hecho al día siguiente de la publicación de un sondeo por el diario nipón Yomiuri, que confirmó la caída en picada de su popularidad al revelar que menos del 30 por ciento de los electores japoneses respaldaba su gestión, lo que suponía una caída de 14 puntos respecto de finales de agosto. Algunos analistas han señalado que la dimisión de Abe obedecía también a presiones internas en su propio partido, que pretende evitar unas elecciones anticipadas. “Hoy (ayer para el lector) he decidido que debería dimitir. Es mi responsabilidad que mi antiguo y mi nuevo Gabinete ministerial –del pasado 27 de agosto– no hayan logrado la confianza de la opinión pública. En la situación actual es difícil seguir adelante con políticas efectivas que ganen apoyo y confianza”, señaló Abe con un semblante cansado. El ex primer ministro justificó su medida por el desastre electoral al no poder aprobar la extensión de la Ley Antiterrorista debido a la negativa del PD y “para limitar al máximo la crisis política”.
Abe explicó en su comparecencia que había dado instrucciones al PLD para que buscase “lo antes posible” a su sucesor y evitar “un vacío de poder”, no recomendó públicamente a nadie para esa función y tampoco adelantó cuándo haría efectiva su dimisión. Su portavoz, Kaoru Yosano, aludió “a problemas de salud” e indicó que “estábamos preocupados pues preguntaba constantemente si su estado de salud era compatible con una agenda tan apretada y con toda la presión que recibe habitualmente el primer ministro”.
El ahora primer ministro dimisionario dio la noticia pocas horas antes de que los partidos de la oposición desplegaran su planeada estrategia de interrogarlo sin descanso en el Parlamento sobre su intento de que fuese aprobada la prórroga de la misión naval japonesa de abastecimiento de las operaciones internacionales lideradas por EE.UU. en Afganistán para después del 1º de noviembre. El PD, otros grupos de la oposición y, según las encuestas, también la mayoría de la población rechazan la extensión del mandato de la operación logística para Afganistán por no creer que la respalde la ONU y por considerar que viola la pacifista Constitución nipona, impuesta por EE.UU. a Japón tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, cuyo carácter Abe quiso modificar.
El pasado domingo, Abe ya había dado a entender que dimitiría si no lograba el apoyo del Parlamento bicameral para la renovación de la controvertida misión. El líder del PD y, como tal, jefe de la oposición, Ichiro Ozawa, había amenazado con presentar una moción de censura contra Abe, lo que habría retrasado la adopción de la legislación necesaria para posibilitar la extensión de la misión.
En medios políticos se espera que Abe, de 52 años, se mantenga interinamente en la jefatura de gobierno hasta que el PLD elija a su sucesor, probablemente, el 19 de septiembre.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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