EL MUNDO › RENAN CALHEIROS FUE DECLARADO INOCENTE EN UN JUICIO POLITICO
El influyente líder del PMDB, formación aliada al gobierno de Lula, pudo conservar su escaño, pese a las graves acusaciones de corrupción en su contra. Calheiros está acusado de delitos fiscales en la negociación de una empresa familiar, entre otras denuncias.
En un juicio político agitado por piñas, filtraciones y besos, el presidente del Senado brasileño, Renán Calheiros, fue ayer absuelto. Con una ajustada mayoría a su favor, Calheiros, un líder influyente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), se salvó de ser destituido por acusaciones de corrupción. La absolución del legislador del PMDB, principal aliado del gobierno, le dio un respiro a Lula, después de presenciar durante el último mes el juicio contra importantes figuras de su partido y de su gestión. En cambio, la oposición se fue decepcionada.
“El resultado de la votación de hoy es una victoria de la democracia, pero es también un momento de reflexión sobre las pérdidas que ese proceso político provocó. En estos más de cien días, muchos perdimos algo y yo perdí más”, afirmó Calheiros. En una nota de prensa, el también presidente del Congreso descartó tener “rencores ni resentimientos” contra quienes votaron en su contra.
El actual presidente del Senado es el primero en Brasil en pasar por un juicio de remoción. No obstante, aún bajo el fuego cruzado de graves acusaciones desde hace tres meses, pudo retener su escaño en una sesión celebrada a puertas cerradas, en la que 40 de los 81 senadores votaron por la absolución, contra 35 que se inclinaron por la destitución y seis que se abstuvieron.
“Muchos senadores se lavaron las manos y eso permitió que el presidente del Senado se librase de la destitución”, declaró el senador opositor Deméstenes Torres, partidario de sancionar a Calheiros. El resultado del juicio no es menor en momentos en que el partido de Calheiros es la fuerza política de mayor peso en la coalición de gobierno tejida por Lula para su segundo mandato y posee además las primeras minorías en las cámaras de Diputados y del Senado.
El “calvario”, como lo llamó Calheiros, comenzó con un escándalo sexual que lo obligó a reconocer en el Plenario del Senado que tenía una hija extramatrimonial con una periodista de Brasilia, su amante durante años. El asunto fue develado por la revista brasileña Veja, que lo acusó de recibir dinero de una empresa que participa en licitaciones públicas y que supuestamente pagaba la pensión de su hija, así como el alquiler de la casa en que la pequeña vivía con su madre.
También está acusado de delitos fiscales en la negociación de una empresa familiar, de haber ocupado tierras de forma ilegal en su estado natal de Alagoas, de ventas fraudulentas de ganado y de poseer dos emisoras de radio a través de testaferros.
Luego del juicio, la oposición manifestó su “profunda decepción” con el resultado, el cual consideró que se decidió en favor de Calheiros por el peso que tiene el PMDB en la coalición de gobierno. “Hay una enorme promiscuidad en la relación entre el gobierno y el Congreso y en esa relación no hay ninguna noción de honestidad”, dijo el senador Tasso Jereissati, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), tras concluir la votación.
Sin embargo, Torres advirtió que existen otros procesos abiertos contra Calheiros en el Consejo de Etica del Senado y dijo que la prioridad de la oposición será activarlos de inmediato para que sea sancionado en otro juicio político. El senador Renato Casagrande, del PSDB y redactor del informe que propuso la destitución de Calheiros, recordó que ese mismo documento fue aprobado la semana pasada por once votos contra cuatro en el Consejo de Etica del Senado. “El Senado se ha debilitado con esta decisión, que entra en contradicción con lo decidido por el Consejo de Etica”, declaró.
En tanto, el vicepresidente del Senado, Tiao Viana, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), admitió que la absolución puede prolongar la crisis que se ha instalado en el Congreso desde que comenzó el proceso. Viana reconoció que el apretado margen del fallo puede dificultar que continúe en el cargo el presidente del Senado, aunque aclaró que esa decisión “sólo puede ser tomada por él”.
La sesión no estuvo exenta de conflictos. Como establece el reglamento del Senado, el juicio político se desarrolló sin que los senadores pudiesen utilizar teléfonos celulares ni sus computadoras personales para evitar filtraciones a la prensa. Sin embargo, el blog del columnista Ricardo Noblat consiguió divulgar en tiempo real los pormenores de la sesión, narrados por un activista “reporter secreto”.
Tampoco faltaron trompadas entre guardias del Senado y personas que pretendían ingresar al plenario antes de su inicio, entre ellos trece diputados autorizados por la Corte Suprema para participar. El diputado Raúl Jungmann, del opositor Partido Popular Socialista (PPS), atacó a los guardias y desató una pelea generalizada en la que el legislador “verde” y pacifista Fernando Gabeira agredió con un puñetazo a Tiao Viana, pero después dijo que el golpe fue accidental. “Sin advertirlo, le pegué, pero luego nos besamos y está todo bien”, reconoció Gabeira y Viana lo confirmó. “Me pegó y luego me besó. Ahora todo está bien”, aseguró.
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