Las milicias, grupos parapoliciales que venden servicios de seguridad en Río de Janeiro, avanzan en su actividad ganando territorios y ya se infiltraron en ocho batallones de la Policía Militarizada (PM).

Unos 150 policías militares que integran las milicias se infiltraron en ocho de los 16 batallones, algunos de los cuales están prácticamente a las órdenes de los grupos ilegales, dice un documento de la Subsecretaría de Inteligencia estadual, publicado por el diario O Globo.

Las milicias comenzaron a conquistar las favelas (villas de emergencia) con el pretexto de acabar con las bandas de narcotraficantes y en 1995 ya dominaban unas 40 barriadas.

En la actualidad están asentadas en más de 100 barrios, en los que han impuesto el terror a los vecinos, según O Globo.

Los ocho batallones de la policía militar en los que hay miembros de las milicias se han convertido en virtuales “bases de operaciones” del crimen y desde allí se articulan operaciones de exterminio, señala el informe.

De acuerdo con el trabajo, los paramilitares “actúan como la mafia italiana”: son responsables de la seguridad, intermedian las operaciones de venta de inmuebles, controlan el servicio clandestino de televisión por cable y hasta montaron pequeñas financieras que prestan dinero a los vecinos. Las milicias también eliminan a aquellos policías que no aceptan someterse a sus órdenes.