La campaña para elegir la Asamblea Constituyente ecuatoriana cerró ayer en medio de críticas de la oposición hacia el presidente Rafael Correa. Los ecuatorianos deberán votar este domingo, entre un abanico de casi 500 partidos y movimientos, a 130 asambleístas que estarán facultados para disolver los poderes del Estado el 31 de octubre. Ayer luego de la campaña, Correa se mostró despreocupado, con el respaldo de encuestas favorables, y anunció posibles medidas económicas, sin ocultar su interés por una futura reelección.

“Si los ciudadanos ganamos esa Asamblea, se disuelve el Congreso y se hace una comisión legislativa proporcional a la Asamblea, respetando el voto popular para que legisle mientras dure la Asamblea”, dijo ayer Correa desde Nueva York. Por tercera vez en diez meses, unos 9,3 millones de electores están llamados a votar. Antes lo habían hecho para elegir a Correa en segunda vuelta y aprobar por histórica mayoría un referendo para cambiar la Carta Política el 15 de abril. Ahora deberán elegir entre los 3229 aspirantes a la Asamblea que redactará la vigésima Carta Política del país.

Con una popularidad que ronda el 55 por ciento, el mandatario espera ser ratificado en el poder y redactar un texto de corte socialista que refuerce el papel del Estado en la economía, tras denunciar el fracaso de lo que llama la desastrosa política neoliberal. Además, plantea recortar las facultades del Legislativo para destituir presidentes en un país sacudido por una década de inestabilidad, en la que tres de ellos no pudieron completar su mandato. “Queremos que la Constituyente reestructure los partidos, para que se permita el cambio de dirigentes y se los obligue a tener un ideal. Si no, tendremos solamente mafias organizadas”, dijo el presidente ecuatoriano, quien acusa a los partidos políticos de bloquear reformas y demorar la solución de los problemas del país.

Además, Correa reiteró que si el resultado de la Constituyente no es positivo, renunciaría al gobierno. “Me vuelvo a casa. No estoy acá para agarrarme al cargo”, advirtió. En cuanto a la economía, el líder ecuatoriano dijo que pretende reestructurar la deuda de su país para reducir a la mitad los gastos por concepto de tasa de interés, que hoy llegan al diez por ciento. También estudia la posibilidad de eliminar la dolarización vigente en Ecuador. “Una alternativa para Ecuador puede ser una moneda regional para sustituir el dólar. Así tendremos una política monetaria regional, en lugar de seguir la de Estados Unidos”, aclaró.

Pese a que aseguró que la reelección no es el objetivo de la Asamblea Constituyente, Correa sostuvo que la imposibilidad de votar nuevamente por un gobierno era una violación al derecho de los ciudadanos. “¿Cuál es el problema de reelegir a un presidente? ¿Acaso no hay reelección en Brasil? ¿Acaso no hay reelección en Estados Unidos?”, se preguntó antes de pronunciar un discurso ante la 62ª Asamblea General de las Naciones Unidas. El presidente ecuatoriano recordó que en su país hay reelección para alcaldes y diputados, menos para presidente. No obstante, aseguró que la reelección presidencial no es el principal objetivo de la Constituyente. “Si hay 500 prioridades en la Constituyente, la reelección será la número 501”, enfatizó.

Tras 45 días de bombardeo publicitario, la convocatoria a la elección constituyente cierra con un gobierno confiado en un inminente triunfo. “Estimamos que el bloque del movimiento oficialista Alianza País será ampliamente mayoritario en la Asamblea. Las encuestadoras de distinto signo nos dan entre 66 y 72 escaños” sobre 130, señaló ayer el ministro del Interior, Gustavo Larrea. Las consultorías Cedatos-Gallup e Informe Confidencial también auguran una victoria del oficialismo, aunque sin anticipar las bancas que obtendría.

Sin embargo, la oposición está disconforme y acusa a Correa de emplear el aparato estatal a su favor. “Hubo una campaña del gobierno, que utilizó todo el contingente del presidente para favorecerse y perjudicar a otros que no han tenido la misma representatividad”, expresó Anabella Azin, aspirante por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian). Otros se esforzaron en resaltar el mal manejo económico. “Ahora por la ineptitud, la intolerancia y la incapacidad de Correa para gobernar, los precios han subido y nadie invierte en Ecuador. Todos tienen incertidumbre y están temerosos”, sostuvo el ex presidente Lucio Gutiérrez, líder del Partido Sociedad Patriótica, derrocado por protestas populares en 2005.