En Costa Rica se impuso la propuesta del gobierno de ratificar el tratado de libre comercio con EE.UU. Los opositores piden un nuevo recuento y dicen que boicotearán la implementación del acuerdo.
En medio de acusaciones de fraude, el gobierno logró que Costa Rica dijera Sí al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC). Con un 95 por ciento de las mesas escrutadas, el apoyo al tratado se impuso con un 51,6 por ciento de los votos, contra un 48,4 de sufragios. Sin embargo, la oposición al tratado advirtió ayer que no reconocerá el resultado del referéndum realizado anteayer hasta que haya un recuento de los votos. Pase lo que pase, la coordinadora de lucha contra el TLC, adelantó un dirigente, piensa boicotear la implementación del acuerdo comercial.
Para enfriar el ambiente, el presidente y empresario de Costa Rica, Oscar Arias, llamó a la unidad luego de festejar los apretados resultados. “Desaparecen las fronteras que nos dividieron. Dejaremos de ser los del Sí y los del No. A partir de hoy somos una sola Costa Rica, un solo pueblo que quiere, necesita y merece alcanzar el desarrollo”, señaló el mandatario, que desde 1995 intenta privatizar sectores de la economía de Costa Rica, como las telecomunicaciones y los seguros.
Pero la pulseada no terminó aún para el movimiento opositor, estructurado en cientos de comités patrióticos y con una fuerte capacidad de movilización. Ayer por la tarde unos 300 dirigentes se habían reunido para definir los próximos pasos luego de exigir al Tribunal Supremo Electoral (TSE) un recuento de los sufragios, lo que podría tomar varios días. “Estamos discutiendo qué hacer con el referéndum. Hay una mayoría que quiere rechazarlo debido a las anomalías que hubo”, dijo Luis Sarquís, secretario general de la Central General de Trabajadores de Costa Rica (CGT), que integra la coordinadora antineoliberal.
Boletas marcadas, votantes que nunca llegaron a sufragar luego de que le cambiaran su centro electoral tradicional y otros casos, explicó Sarquís, fueron registrados en un 60 por ciento de las mesas. Por si fuera poco, el sábado y el domingo funcionarios del gobierno, incluido el mandatario, dieron entrevistas a canales nacionales y se pronunciaron a favor del Sí, violando la veda, añadió. Según el diario madrileño El País, el comunicado que el fin de semana difundió la Casa Blanca condicionando el futuro de Costa Rica, en caso de rechazar el TLC, fue el último empujón que necesitaba el gobierno para lograr su objetivo.
Por su parte, el líder opositor del Partido Acción Ciudadana (PAC) y ex candidato presidencial, Ottón Solís, advirtió ayer que sus 17 diputados en el Congreso podrían negociar la aprobación de 13 leyes de implementación necesaria para que el TLC entrara en vigor. “Vamos a permitir que se aprueben las leyes de implementación si se aprueba un paquete de leyes de compensación para beneficiar a los agricultores, recursos para la pequeña y la mediana empresa, y para educación”, declaró. En cambio, el movimiento anti TLC ya definió que no habrá paz con el Congreso. “Vamos a rechazar la implementación con protesta en la calle”, advirtió Sarquís. Las leyes de aplicación deberían aprobarse a más tardar en marzo de 2008; de lo contrario Costa Rica no entraría en el TLC.
Informe: Juan Manuel Barca
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