El primer ministro de Italia, Romano Prodi, ya tiene sucesor. El alcalde de Roma, el demócrata de izquierda Walter Veltroni, fue electo ayer secretario general del nuevo Partido Democrático italiano (PD) con 74,6 por ciento de los votos en las elecciones primarias, según las primeras previsiones. El objetivo de la fusión entre dos partidos oficialistas para fundar el PD es fortalecer al debilitado gobierno de Prodi y tener un candidato que enfrente al ex primer ministro y magnate de los medios Silvio Berlusconi en las próximas elecciones de gobierno. Asimismo, el PD busca cambiar la ley electoral para destrabar el empatado Senado, donde la oposición jaqueó a la gestión de Prodi a principios de este año. En la Argentina, los italianos también votaron por Veltroni.

Tres millones de personas participaron ayer de las primarias abiertas para elegir al líder del nuevo PD, nacido de la fusión entre los Demócratas de Izquierda, surgido del Partido Comunista, y de La Margarita, católicos de izquierda. Mediante el aporte simbólico de un euro, simpatizantes que debían escoger entre cinco candidatos eligieron además a los 2400 miembros de la asamblea constituyente del partido que dentro de una semana se reunirán en Roma para fundarlo junto a Prodi.

“Es un día fantástico para la democracia italiana. Hemos decidido hacer nacer un partido a través de primarias, una opción absolutamente original y única en la historia de la política europea”, declaró Veltroni, un ex comunista de 52 años, que luego de celebrar un matrimonio fue a votar a Roma para celebrar otro: el de los dos principales partidos de la coalición oficialista de 12 partidos. El nombre de su nuevo partido no es casualidad para el alcalde de Roma, que se identifica con la política de Bill Clinton, el ex presidente estadounidense que dirigió el partido demócrata de su país, señaló a Página/12 Alfredo Llana, uno de los organizadores en Argentina del Partido Democrático italiano.

En Bolonia, al norte de Italia, votó el jefe de gobierno, quien destacó el interés mostrado por políticos progresistas de Europa en las primarias italianas, las segundas luego de las de 2005 que consagraron a Prodi como líder de la oposición a Berlusconi. “Se mostraron muy interesados por la experiencia italiana. Se trata de ir más allá de los partidos tradicionales sin desautorizarlos”, dijo el primer ministro.

De los tres candidatos más votados, Veltroni fue el ganador frente a los dos ex integrantes de la democracia cristiana, el técnico liberal Enrico Letta y la luchadora por las mujeres Rosy Bindi. El ascenso de Veltroni se produce en momentos en que el gobierno de Prodi enfrenta serios obstáculos en el Senado. Allí la oposición con apenas unos pocos votos a favor es capaz de poner en crisis al oficialismo, como sucedió en febrero pasado, cuando tiró al actual primer ministro. “La fusión es para hacer más gobernable el país. Prodi podría caer la próxima semana si no recibiera apoyo en la aprobación del presupuesto, porque legalmente las iniciativas oficiales tienen que ser refrendadas”, añadió Llana.

Después de la crisis de este año, a pedido del presidente, Prodi volvió, explica Llana, pero tuvo que negociar por derecha e izquierda con las distintas bancadas. Todo el conflicto surge porque antes de concluir su mandato, Berlusconi impuso una ley electoral que, según sus propios impulsores, hizo a Italia un país “poco gobernable” al otorgarle al Senado poder de veto.

Ahora, con el nuevo partido en desarrollo, Prodi debería estar más tranquilo, pues junto con Veltroni él fue uno de sus principales organizadores. Por eso, los seguidores del nuevo secretario general del PD descartan el fantasma agitado por sectores de derecha. Según Llana, adictos a Berlusconi especulan que Veltroni podría tumbar al jefe del gobierno antes que cumpla su mandato para reemplazarlo. “Pero eso no es ideal. Al único que le conviene que caiga Prodi es a Berlusconi, porque Veltroni sabe que, de ser primer ministro por adelantado, no ganaría la confianza del Senado”, dijo el demócrata de izquierda porteño.

En tanto, la creación del PD es tan sólo el primer paso de un proceso, afirma Llana. El próximo objetivo es cambiar la ley electoral que le da pleno poder de veto al Senado y hacer de la coalición oficialista un único partido, lo que podría servir, entre otras cosas, para hegemonizar la cámara alta controlando a senadores díscolos.

La política italiana tuvo repercusión en la Argentina, donde la comunidad con nacionalidad italiana también participó de las primarias en la capital y provincia de Buenos Aires, Río Negro, Córdoba y Mendoza (ver recuadro). Con 600.000 personas habilitadas para votar, se estima que entre 2000 y 3000 habrían asistido a bares y asociaciones para elegir al líder del PD.

Informe: Juan Manuel Barca.

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