El último dirigente de la era soviética, Mijail Gorbachov, volvió ayer a la política rusa. Tras varios años de conferencias, el Premio Nobel de la Paz (1990) fundó la Unión de Socialdemócratas (US), una nueva fuerza opositora, pero no crítica del presidente Vladimir Putin. “Nuestra tarea es luchar contra aquellos que pongan en duda la necesidad de la transformación democrática”, aseguró Gorbachov durante el congreso de fundación de la US, frente a unas doscientas personas.

La vuelta del histórico líder llega justo cuando la campaña presidencial comenzaba a calentarse. Aunque la nueva fuerza no se podrá presentar en los comicios de fin de año, ya que todavía no ha concluido todas las formalidades legales, sí se está perfilando como un actor político de peso durante el próximo gobierno. Los analistas rusos aseguraban ayer que el ex mandatario buscará perfilarse como una opción presidencial para 2011, cuando también muchos creen que podría volver Putin. “Ahora vamos a trabajar con nuestros conciudadanos, muchos de los cuales no comprenden la importancia y significado de la socialdemocracia”, fue lo único que quiso adelantar el padre de la Perestroika –apertura económica–.

En su presentación de ayer, Gorbachov habló como un europeo. Habló de la importancia de sumar opiniones en un régimen democrático, de concientizar a la sociedad y de converger en un solo interés común. “Es muy importante desde el punto de vista de la democracia”, dijo. El ex mandatario soviético también aseguró que por ahora su principal objetivo será volver a ponerse en contacto con los ciudadanos rusos, para conocer sus necesidades y sus problemas. “Luchamos por el poder, pero sólo por el poder sobre las mentes”, resaltó.

La última vez que se presentó en unas elecciones, los comicios presidenciales de 1996, Gorbachov obtuvo apenas el uno por ciento de los votos. Todavía es muy pronto para saber cuánto apoyo podrá reunir el ex mandatario. Entre los presentes en el congreso de ayer se encontraban personalidades de la Perestroika como el antiguo alcalde de Moscú, Gavril Popov, y el prestigioso economista Nikolai Shmeliov, además de periodistas críticos con el Kremlin e intelectuales. Sin embargo, por el momento, la nueva fuerza socialdemócrata no se perfila como una férrea opositora a la hegemonía del presidente ruso. “Depositamos nuestras esperanzas en la gestión del presidente Putin”, afirmó ayer Gorbachov.

Gorbachov incluso se animó a hablar de los candidatos presidenciales opositores, el ex campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov y el ex primer ministro Mijail Kasianov. Según dijo, ninguno da la talla para suceder a Putin, por lo que seguirán apoyando al oficialismo. No obstante, aclaró que no es partidario de la elección a dedo. El presidente Putin anunció hace unas semanas que elegirá a su sucesor entre cuatro o cinco de sus asesores más cercanos.

Coincidiendo con la fundación de la US, el ex disidente soviético y escritor Vladimir Bukovsky, quien regresó recientemente por segunda vez a Rusia tras quince años de exilio, también realizó un mitin con varios cientos de personas. “La oposición no tiene sitio en política. La historia se reescribe. Los asesinatos políticos son moneda común. De nuevo, no hay gobierno, sino poder. No hay ciudadanos, sino súbditos”, cuestionó el dirigente, que ya ha anunciado su aspiraciones presidenciales. Bukovsky se refirió así al asesinato de Alexandre Livitnenko, el ex espía de la KGB que fue envenenado con Polonio 210 en su exilio en Londres, según el mismo denunció en una carta póstuma, por agentes de Putin.