Polonia acaba de dejar atrás dos años de hegemonía de la extrema derecha y el nacionalismo. Ha sido un período negro en el que muchos ciudadanos se han visto perseguidos por su pasado, comunista o no (pese a que hace ya 18 años que cayó el Muro de Berlín), y el país se ha ido aislando cada vez más de Europa. Andrzej Wajda, uno de los directores clave del cine europeo, lo sabe. Luchó de joven contra los nazis, después fue todo un símbolo de un país ocupado por los soviéticos y, a lo largo de los años, se ha convertido en uno de los mejores narradores de la historia polaca.

A sus 81 años, Wajda considera que los dos últimos han sido dos años perdidos: “Este gobierno ha intentado bloquear todas las iniciativas de la sociedad, en cultura, en economía... en todo; cualquier polaco con una iniciativa era sospechoso”.

“Los dos últimos años han estado plagados de errores”, afirma en una entrevista mantenida ayer en las oficinas de los estudios Akson, en Varsovia. Cuando se le pregunta por esas equivocaciones, el director contesta: “El gobierno ha recurrido al resentimiento contra la Polonia comunista para gobernar y ése ha sido su primer gran error”. El director, que muestra abiertamente su apoyo a la victoria de la Plataforma Cívica, desaprueba la forma maniquea de los Kaczysnki de entender la vida: “Ellos ven la sociedad como una división entre ricos y pobres, y nos han estado diciendo que unos ricos estaban robando al resto, a los pobres. Pero las mentiras de los que intentan presentar la realidad con blancos y negros, sin tener en cuenta su complejidad, se acaban sabiendo”.

Tras dos años de gobierno de los Kaczynski, Polonia está desestructurada. “Ellos querían tener un Estado de bienestar como el alemán o el francés, pero primero no se dedicaron a levantar los cimientos de la economía, a crear verdadera riqueza”, dice. Porque lo que más le molesta a Wajda de todo es que los gemelos han bloqueado las iniciativas de la sociedad polaca en los últimos dos años: “Tener iniciativas es clave para cualquier sociedad, pero nuestro gobierno las bloquea todas y por eso no hay un verdadero desarrollo económico y cultural. A todos los que tenían iniciativas les han intentado parar los pies porque decían que eran sospechosos, por eso muchos se han marchado de Polonia”.

Se calcula que hasta dos millones de polacos (en un país de 38 millones) se han ido a trabajar a otros países europeos, sobre todo Reino Unido e Irlanda, desde la entrada de Polonia en la UE, en mayo de 2004. “¿Por qué se va la gente de mi país? Casi todo el cine polaco actual narra historias superficiales, pero yo quiero saber por qué la gente se va, por qué se quedan los que se quedan, quiero que los jóvenes me cuenten el proceso de transformación que está viviendo Polonia”, añade.

El nuevo Ejecutivo, que constituirá el liberal Donald Tusk con una formación aliada en las próximas semanas, lo entusiasma. “Espero que no me defrauden; es pronto para juzgar, pero habrá que ver cómo se mueven en las relaciones con sus socios de gobierno”, explica Wajda, uno de los miembros más destacados de la Escuela de Cine Polaca y poseedor de un Oscar honorífico.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.