Mié 24.10.2007

EL MUNDO  › BUSH PIDIO FONDOS PARA LA GUERRA ANTITERRORISTA Y ANTIDROGA

El Plan México llegó al Capitolio

Estados Unidos aportará 1400 millones en “asistencia” para su vecino del sur en los próximos tres años. El Congreso tendrá que autorizar el gasto, junto a un dinero extra para Afganistán e Irak. En México se habla de pérdida de soberanía.

› Por Gerardo Albarrán de Alba
desde México D.F.

El Plan México tiene un nuevo nombre: “Iniciativa Mérida”, eufemismo para referirse al programa de cooperación antidrogas más ambicioso después del Plan Colombia, concebido en 1999 por los presidentes Bill Clinton y Andrés Pastrana. El lunes, el presidente de Estados Unidos, George Bush, hizo pública su solicitud de fondos al Congreso para intervenir en México, pero lo hizo durante un acto en la Casa Blanca destinado a reforzar la invasión militar a Irak y Afganistán.

Estados Unidos aportará un total de 1400 millones en “asistencia” para México en los próximos tres años, mientras que el gobierno de Felipe Calderón anunció que invertirá 7000 millones de dólares, aunque aclaró que todavía no dispone de esos fondos que deberán ser autorizados por el Legislativo mexicano. Entre críticas de diputados y senadores del PRI y del PRD, que ven en el Plan México una amenaza contra la soberanía, la canciller Patricia Espinosa aclaró que el programa no incluye la participación en México de empresas o asesores privados, como tampoco la presencia de tropas o participación operativa de agentes estadounidenses. La responsable de la política exterior mexicana dijo que las negociaciones identificaron tecnologías de punta, entrenamiento y equipos en tres áreas: lucha antinarcóticos, combate al terrorismo y administración de fronteras; seguridad pública y procuración de justicia, y el fortalecimiento institucional y aplicación de la ley.

Sin embargo, el periódico Dallas Morning News reveló que el Plan México podría incluir la participación de contratistas militares privados estadounidenses para la capacitación de efectivos mexicanos en el uso de nuevas tecnologías y equipo, lo cual fue negado por la canciller Patricia Espinosa. Lo cierto es que algunas empresas estadounidenses comenzaron a reclutar mercenarios para capacitar a policías y militares mexicanos.

Bush solicitó al Congreso 500 millones de dólares para México y 50 millones para Centroamérica para la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, como parte de un paquete de 1400 millones de dólares que se ejercerán en un plazo máximo de tres años. El dinero está incluido dentro de la ley de suplemento al presupuesto por la que Bush solicita 43 mil 300 millones destinados a mantener la intervención militar en Irak y Afganistán, adicionales a los 150 mil millones que ya antes había solicitado. Los recursos significan una “vital asistencia para nuestros socios en México y Centroamérica, que laboran para romper carteles de la droga, luchar contra el crimen organizado y detener el tráfico de personas”, dijo Bush. Paradójicamente, Bush sólo dedicó un párrafo de su discurso al Plan México.

Más tarde, un comunicado de la Casa Blanca y otro del gobierno mexicano calificaron al programa como “un nuevo paradigma de cooperación en materia de seguridad”, el cual complementará acciones específicas para reforzar los esfuerzos internos de procuración de justicia en México y los de procuración de justicia en Estados Unidos, así como ampliar la cooperación bilateral y regional dirigida a la amenaza de la delincuencia trasnacional.

La única buena noticia fue que los recursos para el Plan México aún deben ser aprobados por los Congresos de ambos países. Los críticos de este programa confían en que serán negados.

Al presidente Felipe Calderón, pareciera que no le basta con que el Plan México sea un remedo del Plan Colombia. Tal vez por eso, encargó a un diseñador colombiano 34 prendas de vestir blindadas.

Miguel Caballero, propietario de la primera tienda de ropa blindada en el mundo, será el encargado de confeccionar prendas similares a las que diseñó para el presidente colombiano Alvaro Uribe. La ropa para Calderón tendrá un precio de entre 500 y 2500 dólares por pieza. Con sucursales en Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Japón, Puerto Rico, Francia, Holanda, Grecia y México, Caballero cuenta entre otros de sus clientes al presidente venezolano Hugo Chávez, al rey de Jordania, Abdullah II, y al príncipe Felipe de España y su esposa.

Proveedor del 90 por ciento de los chalecos blindados que utiliza el ejército, policía, armada y la fiscalía colombianos, Caballero dijo hace unos días a la agencia de noticias alemana DPA que Calderón encargó recientemente 34 prendas blindadas, aunque todavía no le definen de qué tipo. Su tienda confecciona camisas, chalecos, trajes completos, pantalones, abrigos y prácticamente lo que sea –hasta cobijas–, perfectamente blindados.

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