Por Larry Elliott, Heather Stewart y Andrew Osborn *
Desde Londres y Bruselas

Bruselas declaró anoche su victoria final en su larga batalla con Washington sobre las ilegales ventajas impositivas concedidas a las empresas multinacionales de Estados Unidos. La Organización Mundial de Comercio (OMC) dio a la Unión Europea el derecho de aplicar una multa record de 4000 millones de dólares en aranceles a productos de Estados Unidos. Pascal Lamy, comisionado comercial de la UE, exigió acción por parte de la administración Bush como el precio para no imponer el paquete de represalias, que vale 20 veces más que cualquier premio previo de la OMC.
“Estamos satisfechos por la decisión de hoy que hace, que el costo por la falta de cumplimiento con la OMC resulte claro como el agua –dijo Lamy en una declaración–. Los árbitros han apoyado el pedido de la Unión Europea, es decir, nos han dado una cantidad de potenciales contramedidas que crearán un mayor incentivo para que Estados Unidos elimine este enorme subsidio ilegal”. Mike Moore, el jefe saliente de la OMC, instó a la Unión Europea y a Estados Unidos a actuar con prudencia. Con la perspectiva de un debilitamiento de la economía global, la OMC cree que una escalada de la tensión podría llegar a arriesgar una perjudicial guerra comercial transatlántica. “Les pido a ambas partes que sigan cooperando y trabajando para resolver esta disputa y otras entre ellos en forma amigable y constructiva”, dijo Moore anoche.
El representante comercial de Estados Unidos Robert Zoellick dijo que estaba “desilusionado” porque la OMC había aceptado la propuesta de la Unión Europea de 4000 millones de dólares de compensación por la reglamentación de las ventas empresarias al exterior, que otorga subsidios impositivos a los exportadores de Estados Unidos, Boeing y Microsoft entre ellos. “Creemos que 1.000 millones de dólares es mucho más exacto”, dijo Zoellick, admitiendo tácitamente que Estados Unidos tendría que tragarse la humillación de que la OMC dirija y reescriba sus leyes impositivas.
“Creo que el fallo de hoy finalmente no se cumplirá, debido al acatamiento de EE.UU. a las recomendaciones y la resolución de la OMC en esta disputa”.
Enfrentada con la fragilidad de los mercados financieros globales, la Unión Europea dijo anoche que estaría dispuesta a darle tiempo a EE.UU. para cumplir con la disposición de la OMC, pero insinuó que quería ver los resultados una vez que las elecciones legislativas de noviembre hubieran terminado. “Tenemos paciencia, pero esa paciencia tiene límites –dijo Nikos Zaimas, un funcionario de la comisión–. “Sabemos que EE.UU. tiene elecciones legislativas en noviembre. Esta es una fecha importante para el futuro. Por supuesto, nos gustaría ver que EE.UU. cumplió antes de esa fecha”.
Zaimas dijo que la comisión haría una lista de los productos de EE.UU. que serían examinados dentro de una semana a 10 días y luego consultara con sus estados miembros Bretaña sobre los contenidos exactos de la lista durante otros 60 días antes de someterla a la OMC si fuera necesario. Los productos importantes para la economía europea que sólo pueden conseguirse en Estados Unidos no serían incluidos en la lista.
Bruselas quiere subrayar a toda costa que la disputa de ninguna manera está ligada a una pelea paralela sobre las tarifas de acero de EE.UU. El mes pasado la Unión Européa decidió no golpear a Washington con contrasanciones después que la administración Bush aceptara excluir mas productos europeos de los impuestos de emergencia que impuso en marzo.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción; Celita Doyhambéhère.