EL MUNDO › TRAS LOS INCIDENTES EN SUCRE, ORIGINADOS POR LA APROBACION DE LA CONSTITUCION
Miles de campesinos, indígenas y cocaleros apoyaron en las calles de La Paz el proyecto de Constitución aprobado en Sucre. Y exigieron el pago de la renta para ancianos que la oposición traba. Mientras, en las provincias opositoras llamaron a un paro nacional para mañana.
› Por Pablo Ortiz
desde Sucre
Evo Morales llenó la plaza Murillo de La Paz para recibir a los movimientos sociales que llegaron marchando para apoyarlo y exigir la aprobación de la Renta Dignidad. Miles de campesinos, cocaleros de Chapare y Yungas, aimaras ponchos rojos, vecinos de El Alto y los barrios populares de La Paz respaldaron el proyecto de Constitución aprobado el sábado en el Liceo Militar de Sucre y exigieron el pago del bono de vejez propuesto por el presidente y parado en el Senado por la oposición. Después de ocho días de marcha desde Caracollo, Morales los recibió y los acompañó a pie en el último tramo, desde El Alto hasta el centro de La Paz. Allí se dio un baño de popularidad que necesitaba después de jornadas duras, en las que murieron personas por choques entre la policía y los sucrenses.
Rodeado de sus militantes más fieles, el presidente destacó que con la nueva Constitución se ha asegurado la nacionalización de los hidrocarburos, la investigación de manera retroactiva de los hechos de corrupción y acusó a grupos radicales de provocar muertes en Sucre. Aseguró que conservadores siempre buscaron muertos en su gobierno. Fue ahí cuando pidió la inclusión del Bono Juancito Pinto (subsidio de 25 dólares anuales para estudiantes de primaria) y de la Renta Dignidad (bono mensual de 25 dólares para mayores de 60 años). Recibió instantáneamente el apoyo de los suyos que corearon su nombre y pidieron el pago de la renta con fondos de los hidrocarburos que antes eran manejados por los gobernadores.
El acto también fue aprovechado por Morales para demostrar que sus alianzas seguían fuertes. Se mostró, como hace mucho que no lo hace, junto a dirigentes campesinos, indígenas, alcaldes y líderes obreros del campo y la ciudad. Aseguró que todos los movimientos sociales siguen comprometidos con el cambio real en Bolivia. “Basta de esas personas y los medios de comunicación conspiradores; basta de aquellos a quienes no les interesan los derechos del pueblo y de los sectores más necesitados. No vamos a permitir que caiga el gobierno”, advirtió Edgar Patana, máximo dirigente de El Alto. El representante aimara Elías Quenta aseguró que todo el movimiento campesino está al lado de Morales y que apoya la Constitución aprobada en Sucre. Pero fue Irene Mamani, representante de las mujeres campesinas, la que pidió cerrar el Parlamento porque los considera incapaces.
No sólo hubo representantes del Altiplano. El secretario de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano, Adolfo Chávez, exigió a la derecha volver a la Asamblea para debatir propuestas y decir la verdad. Todos coincidieron en que permanecerán en La Paz para asegurarse de que el Senado apruebe la Renta Dignidad. La arenga de Patana fue acatada rápidamente. Grupos de personas la emprendieron contra red Unitel, identificada por Morales como opositora, y contra periodistas paceños. Pero La Paz no fue el único lugar en el que hubo multitudes.
En Sucre, ayer se sepultaron los restos de dos personas fallecidas en los choques con la policía. Miles de personas acompañaron el cortejo fúnebre con más luto, ya que en la madrugada había fallecido la tercera víctima de la represión, un universitario de 20 años que había recibido un disparo en la cabeza. Si en La Paz hubo vítores para Morales, en Sucre hubo repudio. La ciudad amaneció cubierta de pintadas en contra del presidente y durante el trayecto entre la catedral de la ciudad y el cementerio general se escuchó gritar Evo Asesino, (García) Linera matón. También se pidió un juicio de responsabilidades contra el primer mandatario. La ciudad permanece sin autoridades y los vecinos se han organizado para establecer seguridad de emergencia, con ayuda de privados. Lo más difícil de la jornada se vivió en la noche, cuando grupos cívicos de la ciudad intentaron tomar “pacíficamente” la gobernación para establecer una huelga de hambre y exigir la renuncia del gobernador, David Sánchez, que no aparece en su cargo desde hace tres días.
Si en los últimos días el conflicto se concentró en Sucre, desde ayer salió a otras ciudades del país. En Santa Cruz de la Sierra, los cívicos encabezados por Branko Marinkovic juraron que harán respetar las resoluciones del cabildo del 15 de diciembre de 2006, que determinó desacatar la Constitución si no incluía el modelo cruceño de autonomía e imponerla de facto. También se llamó un paro cívico nacional para mañana. En Trinidad, capital de Beni, manifestantes trataron de tomar instituciones estatales. Se dirigieron hacia Impuestos Nacionales y la delegación presidencial, pero fueron repelidos por la policía. Desde mañana, las premoniciones de Alvaro García Linera sobre la lucha por el poder en las calles pueden comenzar a volverse realidad.
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