Dom 16.12.2007

EL MUNDO  › EVO RECIBIO LA CARTA MAGNA EN LA PAZ Y LAS CUATRO AUTONOMIAS PROCLAMARON LAS SUYAS

Bolivia tuvo un día de fiestas enfrentadas

Fue casi curioso: sin incidentes violentos, ambos bandos tuvieron fiestas y discursos. El gobierno recibió formalmente la nueva Constitución y lanzó la campaña por el Sí para confirmarla. Los cuatro departamentos rebeldes bailaron para festejar sus autonomías.

› Por Pablo Ortiz

Desde Santa Cruz de la Sierra

Bolivia es una fiesta esquizoide. Ayer hubo música, baile y marchas en La Paz y en cuatro capitales de provincias por motivos muy distintos. En la plaza Murillo, el presidente Evo Morales recibió de manos de su par de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, la nueva Constitución Política del Estado, que fue aprobada hace una semana en Oruro y deberá ser refrendada en referéndum. Evo no perdió el tiempo y rápidamente lanzó la campaña por el Sí. También aprovechó el acto para demostrar su fuerza de movilización. Varios miles de indígenas y campesinos llegaron a La Paz para reproducir el acto cívico-militar con el que se había instalado la Asamblea Constituyente. Los indígenas marcharon junto a las fuerzas armadas y cantaron las cinco partes del Hinmo Nacional, como preparándose para una batalla. Y morales la anunció: “Tenemos que ir a la última batalla, que es el referéndum, y estoy convencido de que vamos a ganar. Algunos terratenientes, oligarcas, no todos, no quieren someterse al referéndum porque saben que van a perder. Que se sometan, no deben tener miedo”.

Para Morales, los 166 asambleístas que fueron a la última sesión de la Asamblea Constituyente son héroes de la transformación del país y de la democracia, y los 89 que decidieron no participar son personas que se dedicaron a obstaculizar el proceso y les exigió que por moral y ética devuelvan los salarios que percibieron, ya que no trabajaron. Ya inspirado, aseguró que estaba frente a toda Bolivia, ya que la plaza Murillo estaba colmada de representantes de organizaciones sociales e indígenas de las nueve provincias bolivianas. Aseguró que todos los que estaban allí fueron excluidos desde la colonia y que hace medio siglo no tenían entrada a la plaza, el punto neurálgico del poder en Bolivia. Y que ahora ve que eso se reproduce en Santa Cruz, donde no se deja ingresar a la gente a la plaza central y se la golpea “porque es pobre”. Con ello se refirió al incidente ocurrido hace cinco días, cuando un grupo de jóvenes de la derechista Unión Juvenil Cruceñista golpeó a una persona que estaba fotografiando una huelga de hambre por considerarla infiltrada.

Es por eso que Morales dirigió su discurso a los jóvenes y les pidió ser agentes del cambio que impulsa. Además, calificó a la Constitución como un regalo histórico de Navidad y aseguró que el texto era una verdadera lección de democracia a los grupos oligárquicos que pelearon por todos los medios para lograr el fracaso de la Asamblea Constituyente. Fue en ese momento que Morales aseguró que no permitirá la división del país y recurrió a su frase de campaña de 2006 durante la consulta que se realizó en Bolivia sobre autonomías: “Autonomía no es separación, no es división. Bolivia se mantendrá unida y no permitiremos ninguna división de Bolivia”.

El presidente aseguró que la Carta Magna promovido por su partido tiene muchas bondades, como el derecho a contar con todos los servicios básicos, la desaparición de la inmunidad parlamentaria y la constitucionalización de dos de sus subsidios, el dirigido a los niños de primaria (25 dólares al año) y la renta Dignidad (25 dólares al mes).

Cuando Morales terminó de hablar, comenzaron los actos en la denominada media luna. Las provincias autonomistas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija presentaron sus estatutos autonómicos. Pese a que se esperaba que hubiera enfrentamientos y desmanes, dominó la fiesta y la celebración. “Ya somos autónomos y libres”, fue el lema de las concentraciones, pero los discursos hablaron sobre la unidad de Bolivia y rechazaron cualquier intento o propuesta separatista. En Santa Cruz de la Sierra, más de 100 mil personas, según los organizadores, se reunieron para recibir el estatuto provincial en medio de una fiesta plagada de colores y teñida de verde, el color de la bandera cruceña. El acto también fue una concentración política contraria a Morales y se podían leer carteles que impulsaban el voto contrario a la nueva Constitución.

Las provincias autonomistas ganaron en 2006 un referéndum para conseguir el autogobierno y ahora consideran que la voluntad de sus habitantes fue quebrantada por la Asamblea Constituyente. En el cónclave boliviano se definió aceptar el proceso autonómico, pero sin cualidad legislativa para sus asambleas deliberantes. Esto, según los ideólogos y líderes regionales, es “autonomía de mentiras”. Es por eso que durante toda la semana han escrito sus cartas de autogobierno sin basarse en la nueva Constitución, ni en la que aún está vigente en el país. Esto ha llevado al Gobierno de Morales a tildarlos de separatistas. Sin embargo, en la concentración de Santa Cruz se quiso quitar el sello desde el principio.

El gobernador cruceño, Rubén Costas –ver aparte– aseguró que los cruceños son bolivianos por decisión propia y el alcalde de la ciudad, Percy Fernández, pidió que el resto de Bolivia no moleste y los deje trabajar en el marco de la ley. También aseguró que la nueva Carta Magna sólo beneficiaba al Presidente, “que quiere gobernar rodeado de indios”. La frase cayó mal a parte de la cabecera del acto, ya que en ella se encontraban representantes de los pueblos indígenas de Santa Cruz. Para tratar de corregir, Costas comenzó su discurso en guaraní. Aseguró que no quiere que el presidente Morales se vaya, sino que se quede, cumpla con sus promesas, su mandato y que no busque reelecciones. Además, advirtió que no permitirá que invadan ni militaricen Santa Cruz. Este temor estaba presente en la mayoría de las personas de la concentración.

Lo más lejos que se llegó fue la declaración de Tarija. En la región de la que sale el 80 por ciento del gas boliviano, las autoridades provinciales decidieron declararse autónomos por derecho y definieron invitar a Morales a negociar de gobierno a gobierno. “Nuestro movimiento y la lucha de los tarijeños es autonomista y no independentista como pretendió hacer creer el Gobierno de Evo Morales”, dijo Mario Coscío, gobernador de Tarija.Mientras tanto, el Gobierno analiza la posibilidad de que los embajadores de la Comunidad Europea medien en el conflicto, algo que fue pedido por el gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa.

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