EL MUNDO › EL VIAJE A LA PAZ SE VIVIO COMO UNA SEÑAL DE ALIANZA REGIONAL
En momentos en que Bolivia atraviesa una crisis entre el gobierno y cuatro regiones autonomistas, los mandatarios vecinos se hicieron presentes. Relanzaron el proyecto Corredor Bioceánico que conectará los tres países. Lula firmará convenios petroleros.
› Por Christian Palma
desde Santiago de Chile
Mientras la oposición busca dividir a Bolivia, los países limítrofes apuestan a que el altiplano sea el puente comercial entre el sur amazónico y el andino. “La mandataria va a La Paz para sostener un encuentro tripartito con el fin de analizar y avanzar en la concreción del Corredor Bioceánico, megaproyecto que conectará a Bolivia, Brasil y Chile”, así reza la declaración oficial que La Moneda envió a los medios anunciando el viaje de Michelle Bachelet al país vecino. Allí también arribó el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al igual que Chile, en una señal de respaldo al gobierno de Morales. Lula busca reactivar inversiones energéticas y promover créditos para el campo boliviano.
Pero lo cierto es que este nuevo periplo de Bachelet va más allá. Con algo de retraso la comitiva chilena llegó a La Paz en medio de una gran expectativa periodística y fuertes lluvias. Sin embargo, cuando el avión de la Fuerza Aérea de Chile tocó la loza del aeropuerto paceño, un rayo de luz cruzó las nubes. “Me alegro mucho de haberles traído el sol”, dijo Bachelet sacando lustre a su estilo cercano y empático. De ahí, los visitantes diplomáticos partieron raudos a una actividad paralela. Bachelet –que de a poco se va afirmando en las encuestas de opinión locales– recibió las llaves de la ciudad de El Alto de manos del alcalde, Fanor Nava, en una señal clara de las buenas relaciones que han caracterizado este período entre Chile y Bolivia.
“Y puede entenderse también como el respaldo chileno a la nueva Constitución presentada por Evo Morales y que ha dividido virtualmente al país altiplánico”, sostuvo un miembro de la comitiva a Página/12, desde Bolivia. De hecho, ésta es la tercera ocasión en que Bachelet viaja al vecino país. Anteriormente lo hizo para la II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones, el 8 y 9 de diciembre de 2006, en Cochabamba, y para la XVII Reunión del Consejo Presidencial Andino, realizada en Tarija, el 14 de junio del presente año, oportunidad en la que se formalizó la incorporación de Chile como País Asociado a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). “Esta es la tercera vez que estoy en Bolivia como Presidenta de la República y demuestra el interés de integración, amistad y el profundo deseo que Chile tiene en ello y en la amistad con el pueblo y el gobierno de Bolivia. Estamos muy contentos porque esa convicción de la necesidad de integrarnos lleva de la mano un acto concreto: vamos a anunciar el desarrollo de un corredor bioceánico que una al océano Atlántico y el Pacífico y se garantice el mejor desarrollo de este pueblo”, dijo al descender del avión.
Antes de que el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alejandro Foxley, confirmara la visita de Bachelet, cuando todavía daba vueltas por La Moneda la reforma constitucional de este país y la ratificación de la Asamblea Constitucional de Bolivia como “derecho irrenunciable”, una salida al mar con “soberanía” sobre territorios chilenos, Foxley aseguró que la visita oficial de la mandataria se realizaba porque obedece a otras preocupaciones. Y aclaró que no le corresponde al gobierno chileno “dar ninguna opinión” sobre la reforma constitucional en el país vecino, pues “está en un proceso interno”.
Además negó que la situación paralice el diálogo bilateral entre ambos países y afirmó que la “agenda no ha variado, nadie ha dicho que no está válida y mientras esté válida se va a seguir trabajando”. El compromiso quedó de manifiesto. Si bien Bachelet –tras la cena de honor ofrecida por el presidente Evo Morales– regresó rauda con su comitiva a Chile, la señal fue clara.
Por otro lado, la cita que sostuvo Bachelet anoche con sus pares Evo Morales y Luiz Inácio Lula da Silva fue considerada clave para avanzar en la concreción del Corredor Bioceánico, megaproyecto que conectará a los tres países y que apunta a la promoción del desarrollo económico y la integración de sus habitantes. En el encuentro, que se realizó en el Palacio Quemado, los tres mandatarios analizaron los detalles del proyecto, las inversiones necesarias para concretar los tramos pendientes y las proyecciones económicas, sociales y culturales que éste conlleva. La ruta trinacional tendrá una extensión aproximada de 4000 kilómetros, que permitirán conectar –por vía terrestre– la ciudad de Santos (Brasil), en el litoral Atlántico, pasando Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), con las ciudades de Arica e Iquique (Chile) en la costa del Pacífico, potenciando a este último país como una plataforma de servicios portuarios. Se espera que el corredor esté en funcionamiento a fines de 2009. El corredor bioceánico partirá del puerto brasileño de Santos, atravesará Bolivia y finalizará en la terminal marítima chilena de Arica, con conexión a otras de la misma zona. El territorio boliviano será atravesado de este a oeste en dos ramales, en un total de 2600 kilómetros de vía. Con la carretera, un envío que tardaba por barco más de 40 días en llegar desde la costa atlántica de Brasil hasta el Pacífico chileno podrá ser llevado por tierra en poco más de tres días, según la prensa local.
Cabe destacar que esta iniciativa regional fue abordada recientemente por los tres presidentes, en el marco de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizó en Santiago. A esta cita internacional asisten también los cancilleres de los tres países y el presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Enrique García, institución financiera multilateral compuesta por 17 naciones de América latina, El Caribe y España, además de 15 bancos privados de toda la región.
Lula continuará en Bolivia hasta hoy para firmar con Morales acuerdos de cooperación. Luego de casi un año de distanciamiento, el mandatario brasileño y el boliviano restablecerán las inversiones de Petrobras en el altiplano por un monto aproximado de 750 millones de dólares, según el Ministerio de Hidrocarburos. Asimismo, la estatal petrolera YPFB firmará con su par brasileña un entendimiento para abrir los campos petroleros y gasíferos de Bolivia a una explotación conjunta. Por último, los dos países vecinos prevén acordar un crédito de 35 millones de dólares para la tecnificación del agro boliviano.
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