En momentos de una fuerte polarización política, el presidente boliviano Evo Morales llamó a una nueva tregua a la oposición. “Ahora es la hora de empezar el tema del diálogo”, dijo el mandatario, luego de que el sábado presentara la nueva Constitución, al mismo tiempo que cuatro departamentos opositores declaraban sus estatutos autonómicos. “Primero hay que aprobar la ley de las autonomías y segundo hay que complementar con los estatutos autonómicos, indígenas especialmente”, señaló. Sin embargo, aclaró que la base de las transformaciones profundas es la nueva Constitución Política, que los prefectos y la oposición de derecha rechazan. Para la Central Obrera de Bolivia (COB) hay una pugna por el poder, por lo que las amenazas autonómicas son más que una declaración. “Es una confrontación política de clase”, advirtió a Página/12 Bruno Ataza, dirigente de la confederación. Frente a la disputa entre dos poderes, los mineros de la central de Oruro (COD) y los maestros de La Paz ya han exigido la expropiación de los latifundios, base del poder económico y político de la “oligarquía”. En un comunicado reciente, la COD llamó a movilizarse contra la conspiración “fascista” así como a retomar las agendas del 2003 y 2005. Sin embargo, criticó la nueva constitución y la política dialoguista del gobierno. “La nueva constitución limita a las asambleas y cabildos a tener carácter deliberativo”, indica el texto. “Rechazamos la convocatoria del gobierno a una concertación con la minoría fascista. La clase trabajadora y el pueblo ha sufrido este tipo de treguas que son un retroceso”, añade.

Informe: Juan Manuel Barca