EL MUNDO › CUBA FUE MASIVAMENTE A LAS URNAS A RENOVAR EL PARLAMENTO
Los comicios de ayer debían ratificar como diputados a los hermanos Castro. El próximo 24 de febrero el Parlamento elegirá presidente.
Cuba renovó su Parlamento. En medio la presión de Estados Unidos para que haya una transición en la isla, los cubanos votaron ayer masivamente diputados en una jornada en la que el gobierno decidió anticipar las elecciones siguientes para el 24 de febrero. En esa fecha, señaló el presidente previsional Raúl Castro, se definirá el Consejo de Estado y el rol que cumplirá quien acostumbraba a presidirlo, el convaleciente Fidel Castro, que votó desde su lugar de reposo. Ayer, las autoridades llamaron al “voto unido” con el fin de respaldar al gobierno, en momentos en que Cuba afronta una lucha interna entre la restauración de la economía de mercado, la preservación de las conquistas sociales y el avance hacia el socialismo.
El sistema electoral cubano no sólo es poco conocido, sino que además es muy complejo. Pese a las lluvias, ayer concluyó la segunda etapa de los comicios en la fueron elegidos 1201 candidatos a las Asambleas Provinciales y 614 a la Asamblea Nacional (AN), órgano supremo similar a un Parlamento unicameral. A diferencia de los regímenes liberales, los diputados a la AN son propuestos previamente por las organizaciones de masas (trabajadores, campesinos, mujeres y estudiantes), para luego ser nominados por las asambleas municipales y después votados en las urnas.
En un cambio del calendario, Raúl Castro, informó ayer la nueva fecha en que el parlamento cubano se constituirá. “Se pensó inicialmente otra fecha, el 5 de marzo, pero había otra actividad y el 24 de febrero, que es cuando se proclamó la Constitución, día de comienzo de la guerra de independencia, es un buen día”, señaló luego de votar. Mientras tanto, altos funcionarios del gobierno reiteraron su predisposición a reelegir al jefe de la revolución en sus cargos al frente del Estado. “Puedo anticiparle que yo voy a votar por él”, dijo el vicepresidente Carlos Lage. “Lo votaría con las dos manos”, reveló el jefe parlamentario Ricardo Alarcón. “Si Fidel sigue recuperándose como hasta ahora, estará en posición de continuar ocupando sus funciones”, añadió.
Por su parte, Fidel Castro sufragó desde el lugar en que se recupera y envió un mensaje. “Hice uso del voto unido por cuestión de conciencia”, afirmó en relación a la decisión oficial de promover el voto por todos los candidatos de la lista, como muestra de apoyo al gobierno. Con 81 años y convaleciente desde hace 18 meses, Fidel, al igual que su hermano Raúl, si son ratificados como diputados, quedarían habilitados para ocupar el Consejo de Estado que se escoge entre los miembros del Parlamento.
Si bien en febrero se determinará la jefatura de gobierno, los comicios de ayer son significativos en momentos en que el rumbo de Cuba está en disputa. “Estas elecciones están marcadas por la enfermedad de Fidel, pero también por el fracaso de la reforma del presidente venezolano”, señaló Celia Hart, hija de dos líderes históricos cubanos, Armando Hart y Haydeé Santamaría, que participaron del asalto al cuartel Moncada y de la guerrilla. “Los republicanos y demócratas están de acuerdo con aumentar el dinero para la oposición en Cuba”, añadió.
Según el economista Claudio Katz, aunque la ocupación cayó un 0,4 por ciento y las remuneraciones oficiales un 0,9 por ciento, se mantuvieron hasta ahora los avances en la educación –ningún niño fuera del colegio–, la salud –100 por ciento de cobertura para toda la población– y la expectativa de vida.
Los logros de la isla, asediada por el embargo de Estados Unidos, son aún más llamativos tras la caída de la URSS a fines de los años ‘80 y el colapso económico que sufrió en los ‘90, mientras se auguraba el desplome del régimen. Al igual que Katz, no son pocos quienes creen que Cuba se debate entre tres proyectos: el socialdemócrata, el modelo chino y la renovación socialista. La primera opción equivaldría a una restauración plena de la economía de mercado como ocurrió en Hungría o la República Checa. El segundo curso implicaría combinar autoritarismo y restauración, implantando en el ámbito laboral el sistema coercitivo imperante a escala mundial. Mientras que, el tercer proyecto, aspira a abrir los medios de comunicación, reforzar las libertades en los sindicatos y asambleas locales.
Más cercana a la tercera opción, aunque reconoce que su posición no es mayoritaria, Hart cree vital expandir la “revolución”. “Hay que mantener la propiedad pública de los medios de producción. Pero la solución es la internacionalización de la revolución, por eso es importante acelerar el paso en venezuela y no retrasarlo”, indicó.
Informe: Juan Manuel Barca.
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