Desaparecida la mayoría parlamentaria de Romano Prodi, el presidente Giorgio Napolitano está llevando a cabo consultas con los partidos. Su objetivo es verificar si hay respaldo para un gobierno de unidad nacional que, antes de volver al voto, reforme la actual ley electoral, un sistema que fomenta la fragmentación política y el poder de chantaje de los pequeños grupos parlamentarios. Para ello, es indispensable el acuerdo político del centroderecha. Pero Silvio Berlusconi y sus principales aliados no quieren otra cosa que las urnas: los sondeos les otorgan una ventaja de entre 10 y 14 puntos sobre el centroizquierda.

Así, ayer, los líderes de Alianza Nacional y de la Liga Norte pidieron al presidente de la república que cerrara la Legislatura. Berlusconi, que tiene previsto entrevistarse hoy con Giorgio Napolitano, ya lanzó su ultimátum a través de la prensa: “Si no hay elecciones anticipadas, millones de personas se manifestarán en Roma”, dijo. Sólo los democristianos de la UDC ofrecen, dentro de la coalición de Berlusconi, su disponibilidad a un gabinete de emergencia. Pero es un partido que obtuvo sólo el 6% de los votos en los últimos comicios. Napolitano, que en varias ocasiones antes de las dimisiones de Prodi pidió a los partidos que trabajaran conjuntamente para reformar el marco institucional y garantizar mayor estabilidad al gobierno del país, tiene previsto entrevistarse hoy también con Walter Veltroni, líder del Partido Democrático. Veltroni defiende la exigencia de reformar la ley electoral, que fue aprobada por la mayoría parlamentaria de Berlusconi en 2005. El líder del Partido Democrático cree que es posible en pocos meses hacer ésa y otras reformas que saquen el país de la parálisis en la que de facto se encuentra.

Pero ante la firme oposición de Berlusconi, entre las filas de su partido y de su coalición ya se perfilan las estrategias para las posibles elecciones. Veltroni opta por llevar el Partido Democrático solo ante los electores, abandonando la línea política seguida por Prodi y aislando el ala extrema de su coalición, Izquierda Arcoiris. Varios dirigentes demócratas consideran, sin embargo, la estrategia como un suicidio político, ya que Izquierda Arcoiris representa un 10%-12% de los votos. Berlusconi, por su parte, declaró abierta el viernes su campaña electoral y hasta adelantó algunos puntos que serán clave en su futuro programa político. Entre ellos, figura una ley “contra las escuchas telefónicas” consideradas una “intromisión en la intimidad” que impide vivir en “un Estado libre”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.