“Simón Trinidad” fue culpado del secuestro de tres estadounidenses que están en manos de la guerrilla. Con el fallo, se complican los planes de lograr un canje.
A casi un mes de que las FARC liberaran a dos rehenes, la Justicia estadounidense condenó de por vida a un líder de la guerrilla. El juez norteamericano Royce Lamberth sentenció ayer a 60 años de cárcel al guerrillero colombiano y ex banquero Ricardo Palmera, alias “Simón Trinidad”, por el presunto secuestro de tres estadounidenses del Pentágono que hoy siguen en manos de los rebeldes. Pese a que Venezuela reclama el status beligerante para las FARC, el juez calificó a Trinidad de “terrorista”. En su defensa, el guerrillero graduado en Harvard denunció al tribunal ante la presencia de la senadora colombiana Piedad Córdoba. “Aquí se ha hecho un juicio político, de cabo a rabo”, advirtió el guerrillero. Con el fallo, se complican los planes de la guerrilla y Caracas para lograr un canje humanitario de secuestrados por presos rebeldes, del que Trinidad es parte.
Fue el 31 de diciembre de 2005 cuando Colombia extraditó a Ricardo Palmera a Estados Unidos. Desde ese entonces Trinidad permaneció preso con su mameluco naranja en ese país y en los últimos meses esquivó la condena, luego de ser aplazada dos veces. Sin embargo, ayer el juez Royce Lamberth le quitó al guerrillero su última esperanza al aplicarle la pena de 60 años, requerida por la fiscalía. Según el gobierno federal, el dirigente de las FARC es responsable del secuestro de tres contratistas norteamericanos, que el 13 de diciembre del 2003 cayeron en la selva colombiana luego de que su avión fuera derribado. “Las familias de estas personas están siendo torturadas y ninguna nación civilizada puede permitir esto. Su sufrimiento no acabará con esta sentencia, pero la severidad de ella quizá disuada a otros de cometer este crimen”, advirtió el magistrado.
En sintonía con la política de seguridad aplicada por el presidente George Bush tras el 11 de septiembre del 2001, el juez estadounidense consideró terrorista a Palmera por la toma de rehenes. “Esto fue y es un acto de terrorismo, fue un acto bárbaro que atenta contra las leyes de todas las naciones civilizadas”, aseguró. Lamberth incluso llegó a citar el nombre del líder de Al Qaida, Osama Bin Laden, causando la reacción de la defensa que negó en todo momento la participación directa de Trinidad en el secuestro de los tres norteamericanos. “Nunca los vio, nunca habló con ellos, no tiene nada que ver con su secuestro”, aseguró el abogado de Trinidad, Robert Tucker. El defensor estimó que la pena correspondiente para su cliente debía ser no más de entre 5 y 6 años.
Antes de la sentencia, Palmera denunció su extradición por considerarla una práctica neocolonial que lesiona la soberanía de su país, y deseó el regreso a casa de los rehenes estadounidenses en manos de la guerrilla desde hace cinco años. “Es mi sincero deseo que Thomas Howes, Marc Gonsalves y Keith Stansell regresen lo más pronto posible vivos y sanos a sus hogares, junto a sus seres queridos”, afirmó abogando por un acuerdo humanitario. En una declaración de una hora, el guerrillero evocó al líder cubano Fidel Castro, quien fue juzgado por un asalto armado al cuartel Moncada en los años 50. “Me sumo a los que la historia ha dado y dará absolución”, dijo. “Viva Manuel Marulanda (jefe de las FARC), vivan las FARC, ejército del pueblo, viva Bolívar cuya espada libertadora sigue recorriendo América”, concluyó.
Con el fallo de ayer, el magistrado convirtió a Palmera en el primer dirigente de las FARC condenado en Estados Unidos y al extraditado con la pena más alta en ese país. Ahora la defensa tiene la posibilidad de apelar la sentencia para intentar rebajarla, aunque su culpabilidad ya no puede ser cuestionada. Sumado a ello, Trinidad tiene una segunda causa abierta en Washington por narcotráfico.
Pese a que legisladores demócratas visitaron Colombia en las últimas semanas para apoyar un canje humanitario, la condena de Palmera es un nuevo obstáculo para las FARC, que lo habían incluido en la lista de guerrilleros presos a cambiar por 44 rehenes en su poder, entre ellos los tres estadounidenses y la francocolombiana Ingrid Betancourt. En esa propuesta de intercambio, también figura Sonia, una guerrillera extraditada en Texas, donde cumple una condena de 16 años por narcotráfico. Aunque la insurgencia liberó recientemente a dos rehenes, el acuerdo humanitario que propone junto a Caracas sigue estancado.
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