EL MUNDO › EL LIDER DE IZQUIERDA USA EL MISMO LEMA “SI PODEMOS”
› Por Miguel Nora *
desde Roma
“Si può fare.” La frase, dicha con acento romano (se po’ fa’), es el equivalente italiano al “yes, we can” de Barack Obama, y resume el reto de Walter Veltroni, el nuevo líder del centroizquierda italiano. Ese será el lema de la campaña del hasta ayer alcalde de Roma, de 52 años, elegido secretario del Partido Democrático (PD) el pasado octubre. Veltroni quiere cambiar Italia, construir un país distinto, ofrecer otra manera de hacer política. Su discurso, su nuevo estilo, su coraje, han descolocado a Silvio Berlusconi, han sacudido los cimientos del sistema y han dejado aislada a la izquierda radical. Es un cambio histórico, dice el escritor Alberto Asor Rosa, “acaba con el modelo clásico italiano, y europeo, y abraza el modelo norteamericano”.
A Veltroni lo llaman El Solitario, porque ha decidido romper con quince años de alianzas electorales para comparecer solo, a pecho descubierto, contra el favorito Silvio Berlusconi en las legislativas del 13 y 14 de abril y contra la lógica de una ley electoral que sólo premia a la lista más votada. La izquierda radical lo acusa de asfaltar el camino a la victoria de Berlusconi. “Es un suicidio”, dicen los viejos aliados del PD. Pero Veltroni sonríe con la suficiencia del que ha cambiado de repente las reglas del juego. Y convence cada vez a más gente: “Ha sido un movimiento feliz”, afirma Dario Fo, Premio Nobel de Literatura, “porque ha conseguido superar el clima desastroso que creó la caída del gobierno de Prodi, ha roto el consenso de la derecha y ha obligado a moverse a Berlusconi. Creía que tenía el viento de cara para ganar de calle, y ahora pedalea como un loco para ponerse a la altura”.
La táctica de Veltroni ha sido movilizar y sacudir a los italianos, muchos hartos de las mezquindades y la ambigüedad de sus políticos. El popular alcalde romano habla lleno de convicción, persuasivo en su oratoria sencilla y salpicada con gotas de humor: “El partido es David contra Goliat, pero podemos ganarlo. ¿Cuántas veces no gana el que va por detrás en los sondeos? Somos 18 contra uno, pero se po’ fa’”.
A Berlusconi, de 71 años, lo llaman El Inmortal. Zorro viejo, esta semana ha debido responder al reto de Veltroni, quien lo animó a presentarse también solo. Il Cavaliere meditó unos días. Viéndose delante en los sondeos (entre 10 y 15 puntos), sabía que repetir la macroalianza de 2006 (14 partidos) significaba jugar un agrio papel: el representante del viejo estilo. El líder de Forza Italia ha optado por una solución intermedia: concurrirá con Alianza Nacional, renunciando a las siglas FI y AN, en una lista única, llamada Pueblo de la Libertad, y federado con la Liga. “Se trataba de ser valiente, no de ponerse maquillaje”, afirmó al saberlo Veltroni, tirando del doble sentido.
Tras la caída del gobierno de Prodi, veinte meses después de haber llegado al poder, y después de años de alternancia, broncas y decadencia económica –el sorpasso de España en nivel de renta es una herida sangrante, los salarios llevan años congelados–, esta vez las cosas son distintas.
El juego ya no suena a izquierda contra derecha, sur contra norte, jóvenes contra viejos. Ya no es Prodi contra Berlusconi, como era desde 1996. Esta vez es Veltroni contra todos. Contra la casta de izquierda y de derecha. Veltroni llamando a la Italia deprimida y frustrada que no cree en la política. Veltroni criticando una democracia masificada, confusa y anclada en el pasado, poblada de caras conocidas hace décadas y hecha de tránsfugas, insultos, furbizia (picaresca) y pactos subterráneos.
Romano de nacimiento, casado y padre de dos hijas, Veltroni está en política desde 1976: salió elegido concejal de Roma a los 21 años. Se diría que su pasión es romper esquemas, hacer lo que casi nadie espera. Le llaman el rey del ma anche –del pero también–, porque no excluye a nadie y le gusta agradar a todos. Tiene fama de que le cuesta imponer sus decisiones si alguien protesta con la fuerza necesaria. Pero esta vez ha decidido. Y a muchos ciudadanos les gusta su apuesta. Francesco Frissenda, pediatra, dice que el líder del PD “es listo, y sabe que Berlusconi, si gana, durará poco; no quiere gobernar ahora, sino dentro de dos o tres años, cuando se haya reformado la ley electoral”.
Tampoco descarta ese escenario el escritor Alberto Asor Rosa, que define Italia como “el país donde todo es lo contrario de lo contrario”. En su opinión, “Veltroni se presenta por dos motivos. Uno táctico, evitar parecerse a la izquierda, que es juzgada como obsoleta e incapaz de reformar el país, y otro estratégico: pasar a ser, no la nueva izquierda, sino el centro”. Veltroni quiere construir “una Italia que se sienta de nuevo una gran nación, consciente y orgullosa”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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