La muerte del ecuatoriano Franklin Aizalia en un campamento de las FARC sigue siendo un misterio. Por eso, Ecuador solicitará el informe de la autopsia del cadáver que el ejército de Colombia levantó en territorio ecuatoriano y llevó a la capital de ese país después del ataque contra Raúl Reyes. Quito dice que Aizalia es un cerrajero, pero Bogotá dice que es un guerrillero.

Mientras los familiares se preparaban para repatriar hoy el cuerpo, al que desvinculan de las FARC, la canciller ecuatoriana criticó con dureza al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, por justificar la invasión colombiana en contradicción con las declaraciones hechas por el presidente de ese país, Alvaro Uribe, ante la OEA. “Es cínico, genera una forma de agresión no sólo contra Ecuador, sino contra todo el hemisferio”, fustigó María Isabel Salvador. En Colombia, las autoridades se mostraron divididas. Aunque el canciller Fernando Araújo desautorizó a Santos, un alto mando del ejército reflotó la doctrina del ataque preventivo. Venezuela se metió en la interna y propuso una reunión multilateral.

El defensor del Pueblo de Ecuador, Claudio Mueckay, anunció ayer que pedirá a Colombia los informes de la autopsia realizada al cadáver sin descartar la posibilidad de solicitar un nuevo examen al cuerpo. Mueckay investigará si hay agravantes y si se produjo un homicidio intencional cuando Bogotá bombardeó el pasado 1º de marzo un campamento de las FARC en suelo ecuatoriano, matando a más de 25 guerrilleros. “Son opciones para las que debemos estar preparados, para asegurar que estos hechos queden absolutamente investigados y que se establezca hasta qué límites llegó esa violación de los derechos humanos”, apuntó.

Mueckay señaló, además, que, una vez finalizadas las investigaciones, presentará un informe final a varios organismos de derechos humanos para que la familia de Aizalia pueda emprender acciones legales contra Colombia. Con la ayuda de Quito, los padres del ecuatoriano de 38 años, que según ellos trabajaba de cerrajero, viajarán hoy para buscar el cuerpo en el Instituto de Medicina Legal de Bogotá.

Por su parte, el gobierno colombiano facilitará a la OEA la documentación del ecuatoriano que murió junto al número dos de las FARC, Raúl Reyes. “Yo había ya tomado la decisión, por instrucciones del presidente Uribe, de enviar al secretario general de la OEA toda la información relacionada con alias ‘Lucho’”, dijo Araújo.

Según Bogotá, Franklin Aizalia es un guerrillero de las FARC conocido como Lucho. Sin embargo, el gobierno ecuatoriano por ahora cree en la versión de los familiares del fallecido. “Habrá que determinar si tiene vínculos con las FARC”, afirmó la canciller ecuatoriana.

La canciller criticó al ministro de Defensa de Colombia por sus declaraciones avalando el ataque en territorio ecuatoriano. “(Santos) dice que son actos legítimos de guerra y actos legítimos de defensa de la democracia y amenaza con que el gobierno de Colombia seguirá ordenándolos donde quiera que sea”, señaló Salvador. “El momento en que, a través de un acto injusto, ilegal y violatorio del derecho internacional, un país ataca a otro y muere un ecuatoriano como en este caso sería motivo para un enfrentamiento militar”, advirtió.

No obstante, Salvador dijo que su país intentará resolver el diferendo a través de la vía diplomática. “Ecuador es un país que busca la paz, que utiliza los mecanismos pacíficos de resolución de controversias y en ese sentido es que hemos actuado”, recordó. Por eso, Quito acudirá a la OEA con el fin de buscar una reparación, aseguró una fuente del gobierno ecuatoriano.

Ecuador espera señales claras de Bogotá, pero por ahora le llegan mensajes cruzados. Ayer Araújo no sólo reiteró la promesa de que no habrá más acciones militares como la de principios de marzo, sino que también polemizó con Santos, su compañero de gabinete. “No corresponde a la línea de la Cancillería”, dijo en referencia a las declaraciones del jefe de Defensa. “La instrucción que tenemos es hacer todo para recuperar esa relación”, añadió.

En Venezuela, el gesto de Araújo despertó una rápida reacción del presidente Hugo Chávez. “Hemos recibido buenas señales”, dijo. Luego defenestró a Santos. “Si yo tuviera un ministro de Defensa que contradijera al propio presidente, lo destituiría”, advirtió. Por último, Chávez propuso una reunión para superar la crisis diplomática con los presidentes de Ecuador, Nicaragua y Colombia. “Ortega y Uribe aceptaron”, adelantó.

Pero Santos no está solo, sin que refleja la opinión de gran parte de las fuerzas armadas colombianas. “Desde el mismo momento en que una persona está al lado de un terrorista se convierte en objetivo militar”, insistió el comandante general Fredy Padilla, en sintonía con el ministro.