EL MUNDO • SUBNOTA › EL REPUBLICANO BUSCA CAPTAR A LOS INDECISOS EN EL CORAZóN DE EE.UU.
En esta semana visitó cuatro localidades de Wisconsin, un estado donde las empresas están haciendo fuertes recortes. Cuando McCain comienza a hablar de economía, sus seguidores lo incitan a que cambie de tema y ataque a su rival.
› Por David Alandete *
Desde Milwaukee
En el corazón de EE.UU., la crisis pega más duro que en el resto del país. En estos días previos a las elecciones del 4 de noviembre, el candidato republicano, John McCain, comenzó un intenso sprint para lograr el voto en Wisconsin, un estado donde las empresas están suprimiendo puestos de trabajo a un ritmo lento, pero imparable. Aquí McCain comienza hablando de economía. Pero sus seguidores lo fuerzan a cambiar enseguida de tema y convierten sus actos de campaña en ataques despiadados al contrario.
Wisconsin es un estado de bosques y lagos, granjas inmensas e imponentes fábricas. Sólo tiene cinco millones de habitantes. Uno de sus soportes económicos es la producción de lácteos. Hoy el desempleo se sitúa en un 5,1 por ciento. Unas 156 mil personas no tienen trabajo. Muchos son los afectados por la crisis del papel. Wisconsin ha sido durante décadas la meca de las empresas papeleras, pero en los últimos meses han cerrado tres de ellas.
“Nos puede tocar el despido en cualquier momento”, asegura Ken M., padre de familia de 43 años, que trabaja en una papelera en la ciudad de Green Bay. Aquí presentó McCain su plan económico en septiembre. Desde esta localidad comenzó a denunciar “la avaricia y la desastrosa gestión de Wall Street”. Ken ni siquiera lo recuerda. “Me imagino que vendrán los dos a contar los votos. Yo todavía no me he decidido.” Es a los indecisos como Ken a los que McCain está cortejando en una extenuante carrera por el Medio Oeste. En esta semana visitó cuatro localidades de Wisconsin. Una de ellas fue Mosinee, un pueblo de cuatro mil habitantes en el centro del Estado. “Amigos míos, éste es el corazón de América”, dijo McCain frente a poco más de mil personas. “Este va a ser un estado difícil para mí. Pero vamos a ganarlo, sea como sea.”
Este veterano político sabe que las encuestas pintan mal. Barack Obama está 10 puntos adelante, según un reciente sondeo. Y es que, para ganar en Wisconsin, un político debe hablar de economía, un terreno incómodo para McCain. En estos mitines, el candidato republicano suelta un puñado de propuestas: “Crearé empleo”, “bajaré los impuestos”, y su plan estrella: “Que el gobierno adquiera las hipotecas basura”. Pero poco a poco, en su discurso, se cuela la sombra de la conspiración. “La crisis es culpa de los demócratas. Y el senador Obama es su conspirador”, dijo en Waukesha el jueves. Es entonces cuando llegan los aplausos. Cuando, en Mosinee, dice que “Obama es sólo retórica”, la multitud comienza a gritar. Y luego ya aparece, por sí mismo, el recuento de los oscuros lazos del senador por Illinois con terroristas y radicales. Una decena de gritos de la audiencia ha cambiado el tono del mitin.
“No hay ninguna diferencia entre los dos candidatos en cuestión económica”, admite Dana G., ama de casa de 35 años, que ha acudido al mitin. “Aquí notamos la crisis, de verdad, en el precio de la gasolina, de la ropa, de la comida. Pero no creo que McCain vaya a ser capaz de cambiar la situación.” ¿Y por qué lo apoya entonces? “Por sus fuertes convicciones, por ser quien es.”
Este es el último as de McCain: su personalidad, su veteranía. Aquí nadie aprecia a McCain, el economista. A quien quieren es a McCain, el azote de Obama.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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