Además de tomar dos hoteles de lujo, los atacantes que mantienen en vilo a la ciudad india de Bombay mantenían rodeado ayer un edificio de la comunidad judía, dirigido por el grupo ultraortodoxo Jabad Lubavitch. En principio se creía que sólo el rabino Gavriel Noach y su esposa habían sido tomados como rehenes. Sin embargo, durante la tarde de ayer versiones periodísticas indicaron que ocho personas habían sido liberadas por la policía india, entre ellos el hijo mayor de la pareja, Moshe. Los informes no decían nada sobre enfrentamientos o la suerte del rabino y su esposa. Uno de los hombres armados que se habían atrincherado en el centro judío llamó a la televisión india y pidió dialogar con el gobierno y reclamó por la represión contra los musulmanes en Cachemira. “Díganle al gobierno que hable con nosotros, y soltaremos a los rehenes”, dijo el hombre, en urdu, con un acento que parecía de la región de Cachemira. “¿Saben cuánta gente ha sido asesinada en Cachemira? ¿Saben que su ejército ha asesinado a musulmanes? ¿Saben cuántos fueron asesinados sólo esta semana?”, agregó el terrorista que se identificó como Imran. No quiso decir a qué grupo político pertenecía ni si estaba vinculado con la ola de atentados del miércoles.