Desde Jerusalén

Algunos se incomodaron con la imágenes de niños y mujeres muertos y otros esbozaron dudas sobre un ataque terrestre masivo, pero la mayoría de los israelíes en Jerusalén están convencidos de que el gobierno hizo lo correcto al atacar Gaza. También creen que la ofensiva militar debe durar todo el tiempo que sea necesario para terminar con los cohetes caseros palestinos. La oposición pacifista interna está mucho más oculta que en otras guerras y aun entre los círculos más liberales de Jerusalén existe poco compromiso para llevar sus críticas a la calle.

“Me siento muy mal por la pobre gente en Gaza, pero esto tenía que pasar”, aseguró ayer Alona Keren, una cocinera de 34 años. “Entrar por tierra es necesario porque es la única manera de garantizar que Hamas no podrá seguir lanzando cohetes. Tengo amigos en el ejército y algunos de ellos pueden no volver. Pero temo que es el precio que tenemos que estar preparados a pagar”, agregó.

Keren, como muchos israelíes, hizo el servicio militar –en su caso en la fuerza aérea–. Se considera progresista, pero la ofensiva en Gaza podría cambiar su voto en las próximas elecciones generales de febrero. “Iba a votar por uno de los partidos de centroizquierda, pero creo que voy a cambiar a Kadima porque se animaron a ir contra Gaza”, explicó.

Esta semana una encuesta del diario israelí Haaretz demostró que el 71 por ciento del país apoya enérgicamente los bombardeos aéreos contra el territorio controlado por Hamas. Por el momento, sólo el 21 por ciento está de acuerdo con entrar por tierra.

Miri Scheinfeld, un joven fotógrafo, estaba a favor de aceptar la propuesta francesa de un breve cese de fuego para ocuparse de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza. “Mi madre me dijo el otro día que siempre tendremos guerra en este país, y ése es un pensamiento muy deprimente. Sé que la mayoría de la gente en el mundo no está de acuerdo con lo que está haciendo Israel, pero lo que está pasando es complicado. Soy una persona secular y siempre tuve la esperanza de que pudiéramos resolver nuestros problemas con los árabes. Pero no teníamos opción con Gaza. Creo que Hamas quiere destruir realmente Israel”, aseguró.

Soli Furedi, de 31 años, y su esposa Sheri, de 35 años, dicen no tener ningún interés en la política. Sin embargo, están convencidos de que la lucha contra Hamas es un cuestión de supervivencia. “No podíamos permitir que esto continuara –dijo Sheri, madre de una beba de tres meses–. Sé que es terrible, ¿pero qué podíamos hacer? Se trata de proteger a Israel, no de apoyar o no a nuestros políticos; seguimos sin confiar en ellos.”

Daniel Ephraim, un electricista de 28 años, es un de los pocos entre sus amigos que se animan a cuestionar los bombardeos abiertamente. “Están siendo manipulados y no lo ven. Los bombardeos en Gaza están matando a algunos miembros de Hamas, pero también a civiles inocentes”, aseguró, irritado.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.