EL MUNDO • SUBNOTA
Evo Morales no está sólo en su huelga de hambre. Más de media docena de dirigentes sindicales lo acompañan en el Salón Rojo de Palacio Quemado, y a lo largo del país ya se sumaron cerca de mil militantes, sindicalistas y simpatizantes del presidente boliviano. Según informaron los medios bolivianos, ayer se registraron “piquetes de ayuno” frente a la prefectura opositora de Cochabamba y en plazas y sedes de los sindicatos en los departamentos de Pando, El Alto y La Paz. Morales les pidió ayer por televisión que no pusieran en peligro su salud si la situación en el Congreso no se destraba en los próximos días. “El lunes tienen que estar bien preparados para presionar”, sugirió ayer el mandatario en una conferencia de prensa improvisada en el palacio presidencial. El sindicato de cocaleros del Chapare, cuna política de Morales, ya se puso a disposición del presidente y anunció que la semana que viene marcharán hacia La Paz para sumarse al cerco al Congreso. Al igual que los cocales, los principales sindicatos del país, Central Obrera Boliviana (COB), la Coordinadora Nacional por el Cambio y la Confedereación Unica de Trabajadores Campesinos, entre otros, se declararon en estado de movilización total y esperan la orden del presidente Morales.
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