Los hondureños se encontraban ayer ante la inédita situación de dos personas autoproclamadas presidente, pero ninguno ejerce la conducción gubernamental. El presidente de facto Roberto Micheletti se retiró ayer a la cero hora de las actividades públicas y por una semana no ejercerá las funciones presidenciales. Por su parte, el derrocado presidente Manuel Zelaya, reconocido por la comunidad internacional como el presidente legítimo, se encuentra “cautivo” en la Embajada de Brasil desde hace dos meses. Las tareas diarias del país están en manos del Consejo de Ministros, coordinados por el ministro de la Presidencia, Rafael Pineda Ponce. De todos modos, de los siete días que Micheletti estará fuera del poder, en cuatro de ellos no habrá actividad gubernamental, ya que se decidió dar feriado a los empleados públicos el viernes y el lunes a fin de que se puedan movilizar para sufragar el domingo. Los únicos tres países que reconocerán las elecciones hasta ahora son Panamá, Estados Unidos y Perú. Este último lo hizo ayer por boca del canciller peruano José García Belaunde.