EL MUNDO • SUBNOTA › LLAMADO A LA UNIDAD DE LAS IZQUIERDAS
› Por Christian Palma
Desde Santiago
El polvo que levantaron los cuatro candidatos a presidente de Chile la noche del jueves con arengas y frases de cierre de campaña ya se disipó. Ayer, a un día de las elecciones más reñidas desde el retorno a la democracia en 1990, los aspirantes a La Moneda quemaron sus últimos cartuchos para seducir a los indecisos.
El llamado a las fuerzas progresistas y democráticas del aspirante de la Concertación, Eduardo Frei, marcó la agenda en la víspera de los comicios. Si bien la idea original no le pertenece al postulante oficialista, pues la planteó hace algunas semanas el candidato del pacto de izquierda Juntos Podemos, Jorge Arrate, que Frei haya recogido el guante de cierta manera compaginó el escenario natural por el cual se ha movido el espectro chileno en los últimos 20 años: una coalición formada por el centroizquierda, que ha impedido que la derecha asuma el poder.
El gesto, transversalmente, fue considerado clave. Esto si se toma en cuenta que por primera vez la oposición del empresario Sebastián Piñera lidera los sondeos desde el arranque de la carrera presidencial y que ningún otro postulante se le ha acercado con real peligro a sus intenciones de gobernar Chile.
Por eso la satisfacción de Arrate, que instó también al cuarto en disputa, el diputado independiente Marco Enríquez-Ominami, a unirse contra Sebastián Piñera en un eventual ballottage en enero, pues Piñera no sería elegido presidente en primera vuelta. “A mí me satisface que Frei haya dicho que está en una disposición recíproca y, por lo tanto, si él pasa a segunda vuelta, nosotros vamos a dialogar para poder unir fuerza y, si yo paso a segunda vuelta, vamos a dialogar también”, sostuvo Arrate.
Con ello, tanto él como Frei limaron las asperezas derivadas de una campaña dura y las miradas se posaron entonces en el díscolo Marco Enríquez-Ominami, candidato de 36 años que capitalizó su popularidad en base a un discurso de recambio y futurista.
“Marco tiene la palabra. Estamos a día viernes, se puede; los goles se meten hasta en los descuentos en los partidos de fútbol”, pasando la pelota al diputado que se ha negado rotundamente a traspasar sus votos en caso de no pasar a segunda vuelta. Se tiene fe Enríquez-Ominami. En su acto de cierre de campaña insistió en el voto útil y en que es el único capaz de derrotar a Piñera; sin embargo está frente a una encrucijada no menor a juicio de los analistas. De no apoyar a Frei en el ballottage es probable que la derecha llegue al gobierno después de 50 años. Pero si lo hace, también es cierto que puede hipotecar gran parte del colchón político amasado hasta ahora, que lo pone tercero, con el 18 por ciento en las encuestas.
Con todo, Frei sostuvo ayer que con Arrate “son muchas más las cosas las que nos unen que las que nos desunen. Por lo tanto, como él había sido insistente en hacer su planteamiento, yo creo que ya a partir del domingo tenemos que tener otra mirada. Por eso quise acoger su llamado”.
Desde el gobierno, el ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, declaró que es “lógico” que se produzca una convergencia de los votos que reúnan Frei, Arrate y Enríquez-Ominami para derrotar en segunda vuelta a Sebastián Piñera. “Todos, dentro de las fuerzas del progresismo y que estamos divididos por distintas razones, tenemos que estar unidos el lunes, porque ya se plantea una nueva elección donde habrá sólo dos opciones, que yo estoy convencido de que serán Frei y Piñera”, dijo el ministro.
El secretario de Estado se mostró confiado en que tanto Arrate como Enríquez-Ominami se unirán al postulante de la democracia cristiana en el ballottage, a pesar de los ataques verbales que han existido durante la campaña electoral. “Todas las veces que hubo segunda vuelta esto ha ocurrido. Esto ocurrió aun cuando en su época Gladys Marín llamó a votar en libertad de acción y la mayoría del Partido Comunista votó por Ricardo Lagos”, aseveró. Viera-Gallo declaró, también, que es muy probable que algunas autoridades del gobierno de Michelle Bachelet se pasen al comando de Frei para la segunda vuelta.
Finalmente, el propio Frei redondeó la jornada al señalar que “un candidato de derecha representa el pasado mucho más que nosotros, porque ellos fueron gobierno 17 años”. Acto seguido, insistió en que si “se revisan las propuestas de más democracia, cambio de Constitución, avances importantes en el país, temas de derechos humanos, hay un conjunto de ideas en que nos sentimos bastante cercanos (con Arrate)”.
En relación con las nuevas generaciones y su llamado a incluirlas, el candidato de la Concertación dijo que “renovarse completamente no significa que se van a jubilar todos los otros”.
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