El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (foto), afirmó ayer que se guiará por la decisión que adopte la Justicia respecto de la posible intervención de Brasilia, tras la detención de su gobernador, José Roberto Arruda, por un escándalo de corrupción la semana pasada. En su reunión con el vicegobernador Paulo Otavio, el mandatario habló sobre la compleja situación política que aqueja a la capital del país. “Cuando se defina la situación por parte del Superior Tribunal Federal (STF), el gobierno estará preparado para tomar las actitudes que correspondan para la normalización de la administración y gestión del Distrito Federal”, dijo su ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, al ser abordado con preguntas referentes a la reunión. “En ningún momento fue discutida la intervención en el Distrito Federal”, aseguró Padilha, al tiempo que descartó que el gobierno esté discutiendo nombres de un posible interventor. Arruda, el único gobernador del opositor Partido Demócratas (DEM), fue detenido el jueves pasado acusado de corrupción y de obstrucción a la Justicia en una investigación por sobornos a políticos aliados y pago de comisiones ilegales a empresas. El gobernador fue filmado recibiendo dinero en forma ilegal por parte de sus asesores, uno de los cuales se convirtió en el principal “arrepentido” y colaboró con la Policía para el arresto. La Comisión de Justicia del Distrito Federal aprobó ayer el inicio del juicio político contra Arruda, el cual debe ratificarse en el Parlamento en los próximos diez días.