EL MUNDO
• SUBNOTA › ANKARA AUMENTO SUS DEMANDAS HACIA WASHINGTON
Por el norte no, por ahora
Turquía, país aliado de Estados Unidos que endureció su postura exigiendo de Washington una compensación económica por las consecuencias de la guerra en Irak, subió un peldaño más la apuesta: condicionó el despliegue de soldados estadounidenses en su territorio a una segunda resolución de la ONU que autorice un ataque a Irak. Esto complica la posibilidad de abrir un frente norte de guerra en Irak, país limítrofe con Turquía. Además, otro aliado norteamericano, Arabia Saudita, advirtió a la administración Bush de que un ataque unilateral a Irak sin el aval de Naciones Unidas sería percibido como “un acto de agresión” por todo el mundo árabe.
“Debería haber otra resolución además de la 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU para tener una situación legítima de acuerdo con la ley internacional”, declaró el presidente turco, Ahmed Necdet Sezer. Además, el jefe del partido gobernante islamista Justicia y Desarrollo, Recep Tayyip Erdogan, pidió a Estados Unidos que sea más sensible a las peticiones de Ankara referentes a una asistencia económica en caso de guerra, ya que Turquía no está comprometida de forma irrevocable con ellos. “Nuestros amigos norteamericanos no deben interpretar la autorización del Parlamento para la modernización de las bases como si el compromiso de Turquía fuese irrevocable”, dijo Erdogan. El Parlamento turco había autorizado el 6 de febrero la modernización por parte de Estados Unidos de ciertas bases y puertos turcos para su eventual utilización en caso de una operación militar contra Irak.
En el frente diplomático, Estados Unidos estudia presentar justamente ante el Consejo de Seguridad de la ONU un borrador para una nueva resolución sobre Irak, que establecerá en términos muy claros la obligación de Bagdad de desarmarse, informó ayer la Casa Blanca. Rusia ya anticipó que haría uso de su derecho a veto en el Consejo de Seguridad ante una nueva resolución que habilite el uso de la fuerza contra Irak, según adelantó el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Yuri Fedotov. En cambio, Rusia estaría dispuesta a plantear un proyecto de resolución que promueva el trabajo de los inspectores de armas de las Naciones Unidas en Irak.
En Europa todavía no se acallan las divisiones provocadas y sólo parcialmente suturadas en la OTAN y en la Unión Europea (UE). Anteayer, luego de la reunión donde la UE alcanzó un acuerdo para firmar una declaración común sobre la situación respecto de Irak, el presidente francés Jacques Chirac atacó a los países del este europeo que apoyan los planes de Washington, calificándolos de “maleducados”, declarando que “perdieron una buena oportunidad de callarse” e incluso amenazándolos al decir que “si querían disminuir sus posibilidades de entrar en la UE, no podían haber actuado de mejor manera”. La “nueva Europa” (como la llama el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld) reaccionó airada. El premier húngaro Peter Medgyessy dijo que “me considero bastante bien educado para no responderle”. El ministro polaco Wlodzimierz Cimoszewicz apuntó que “no tiene ningún sentido reaccionar de forma emocional”, mientras que el presidente rumano, Ion Iliescu, exclamó que “como en la Guerra Fría: el que no está con nosotros, está contra nosotros”.
A todo esto, el gobierno estadounidense minimizó las masivas protestas mundiales antibelicistas argumentando que “evocan el precedente de las protestas de los años ‘80”, contra el despliegue de misiles estadounidenses en Europa. “No es la primera vez que hay manifestaciones masivas”, admitió el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
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