El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió a los integrantes de Navy Seals (foto), el comando de élite especializado en antiterrorismo que asesinó a Osama bin Laden el pasado domingo en Pakistán. El mensaje del Premio Nobel de la Paz 2010 intentó ser esperanzador, y rozó lo macabro: “Decapitamos al monstruo y, al final, lo derrotaremos”, expresó ante los efectivos especiales en relación con los integrantes de Al Qaida, la red islámica que lideraba Bin Laden, que permanecerían vivos y operando en el mundo.

“Vine por la simple razón de expresar agradecimiento en nombre de Estados Unidos. Gracias por tener la increíble capacidad, el coraje y la inteligencia para lograr que el líder terrorista que shockeó nuestra nación el 11 de septiembre de 2001 no vuelva a amenazarnos”, aseguró Obama que expresó ante el grupo completo de Operaciones Especiales de la Marina, momentos después de que el encuentro hubiera terminado.

La ceremonia entre el mandatario y los efectivos de élite sucede el mismo día en el que la red que lideró el líder islámico asesinado, Al Qaida, confirmó la muerte de Bin Laden. El encuentro se llevó a cabo bajo órdenes estrictas de privacidad, y a puertas cerradas, en la base militar de Fort Campbell, en Kentucky.

Obama estuvo acompañado por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden. En tanto, uno de los integrantes más destacados del encuentro fue el comandante de los Seals, el almirante William McRaven, a quien Obama recibió el miércoles en el despacho presidencial para agradecerle el éxito de la misión sobre la residencia de Abbottabad, en Pakistán.

“Bien hecho”, felicitó el mandatario a los militares implicados en el operativo llevado a cabo entre el domingo a la medianoche y la madrugada del lunes, cuyo objetivo no fue otro que asesinar al líder de Al Qaida. Luego les otorgó la Mención Presidencial de la Unidad, el más alto reconocimiento que puede darse a una unidad por su servicio.

Según la última versión de los hechos –la Casa Blanca modificó varias veces detalles del relato de la cacería de Bin Laden durante los últimos días– a última hora del domingo, los integrantes de la fuerza de élite estadounidense ingresaron desde helicópteros a la casa donde el líder de Al Qaida vivía junto a su esposa más joven, varios de sus hijos y algunos de sus mensajeros y guardias. Allí asesinaron a un hombre y su mujer, y luego a uno de los hijos de Bin Laden. El ataque mortal al líder islamista llegó al final del operativo.

Tras la reunión privada, el mandatario brindó detalles de lo sucedido en el encuentro ante miles de soldados de la División Airbonr 1 número 101. Allí, recordó que la pasada fue “una semana histórica” para Estados Unidos: “Decapitamos al monstruo, y al final, lo derrotaremos”, repitió ante los soldados.

Entre los militares que escucharon a Obama tras su reunión privada con los efectivos especiales, se encontraba un grupo que regresó de Afganistán. Dirigidas a ellos fueron algunas palabras un tanto culposas del mandatario, que apuntó: “Como comandante en jefe, mandar más gente a Afganistán fue una de las decisiones más difíciles. Pero ya acaba, porque en los próximos meses la seguridad pasará a manos afganas en una ordenada transición”. En la actualidad se encuentran desplegados en Afganistán cerca de 100 mil soldados estadounidenses, el triple del número presente cuando Obama llegó a la presidencia del país en enero de 2009.

La Navy Seals es una fuerza de élite estadounidense que actúa por igual en mar, tierra y aire, creada por el ex presidente John F. Kennedy en 1962. Tal como informó el diario de Estados Unidos The New York Times, los 2500 hombres –no se aceptan mujeres– que integran la fuerza son sometidos a un entrenamiento extremo: dos años de preparación física salvaje. El periódico español El País, por su parte, añadió que los aspirantes a la tropa deben sobrevivir al broche de oro de la preparación física exigida, algo conocido como “La semana en el infierno”: seis días durante los que los soldados serán sometidos a falta de sueño y actividades físicas extremas en condiciones prácticamente imposibles. El grupo actuó como un único colectivo hasta 1980, año en el que fracasó en el rescate de más de cien rehenes estadounidenses en Irán. Entonces, Washington creó un comando dentro de la tropa de élite, conocido como el Equipo 6 All Star, más especiales aún, sólo integrado por 300 miembros.