La coalición independentista vasca Bildu logró un gran éxito en su primera participación en unos comicios: en las elecciones municipales de ayer se convirtió en la primera fuerza por número de concejales en el País Vasco (953) y en la segunda por porcentaje de votos (25 por ciento).

En la provincia de Guipúzcoa fue de hecho la fuerza más votada, y en su capital, San Sebastián, relegó además a un segundo lugar a los socialistas, que llevan dos décadas gobernando en el ayuntamiento.

Bildu (“reunir”, en vasco) consiguió así los mejores resultados en la historia de la llamada “izquierda abertzale”, en medio del alto el fuego declarado por ETA en enero y tras una campaña electoral en la que no se registraron actos de violencia callejera en el País Vasco.

Su participación en los comicios de ayer dividió, no obstante, a España.

Una parte, encabezada por el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, asegura que se trata de una estrategia de ETA y su ilegalizado brazo político, Batasuna, para regresar a las instituciones, algo que la coalición ha negado desde el principio. Los resultados de Bildu son una “mala noticia”, según ese partido. Junto a la sede central del PP, vencedor indiscutible a nivel nacional de las municipales, miles de militantes y simpatizantes de esa formación gritaron anoche “¡Bildu fuera!”, mientras Rajoy celebraba con ellos la victoria conservadora desde el balcón.

Otros, sin embargo, creen sincera la apuesta por la vía democrática de una parte de la izquierda independentista radical vasca que durante años defendió al grupo armado ETA. Integrada por dos partidos vascos de trayectoria democrática –Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba–, incluye también a candidatos independientes. Y fue a éstos a los que el Tribunal Supremo apuntó como infiltrados del entorno proetarra cuando decidió prohibir a la coalición electoral vasca. Sin embargo, el Tribunal Constitucional dio la vuelta a la situación, con una sentencia muy controvertida, y pocos días después de la decisión del Supremo, la revocó por considerarla una medida preventiva que ponía “en riesgo al propio Estado constitucional”. La coalición se hizo con 953 concejales en el País Vasco y el 25 por ciento de los sufragios.