Sáb 02.07.2011

EL MUNDO • SUBNOTA  › REPERCUSIONES Y CUESTIONAMIENTOS

Mentiras y críticas

› Por David Usborne *

Desde Nueva York

El caso contra Dominique Strauss-Kahn por ataque sexual parecía estar pendiendo de un hilo anoche después de que un juez de Nueva York lo liberó bajo palabra. El giro en el drama legal también conmocionó el paisaje político en Francia, donde Strauss-Kahn, ex director del Fondo Monetario Internacional, era considerado un probable y potencial candidato socialista en las elecciones presidenciales del año que viene.

Strauss-Kahn vio cómo arruinaban su reputación y sus esperanzas para postularse como presidente en Francia ante su dramático arresto. Ayer sonrió en la corte cuando el juez Michael Obus aceptó los arreglos que le permiten moverse libremente por EE.UU. Los fiscales reconocieron que tenían nueva información que socavaba la credibilidad de la mucama del hotel cuyas acusaciones llevaron a su arresto el 14 de mayo. Pero los cargos no se retiraron y tampoco se le devolvió el pasaporte. Benjamin Brafman, el principal abogado defensor de Strauss-Kahn, dijo que los hechos del día habían sido “los primeros pasos para lo que creemos que será una exoneración total”.

Cyprus Vance Jr., fiscal de distrito de Manhattan, afirmó en una declaración a la prensa que el jurado había acusado a Strauss-Kahn de “varios cargos muy serios”. Estos cargos, que incluyen el ataque sexual y un intento de violación, siguen firmes, enfatizó. Pero admitió que la investigación reciente había “despertado inquietudes concernientes a la credibilidad de la denunciante”.

Cuando Strauss-Kahn entró a la sala parecía mostrar un atisbo de su antigua arrogancia, y después del fallo que lo liberó del arresto domiciliario se dio vuelta y le sonrió a su mujer, Anne Sinclair, que estaba detrás de él. Las condiciones de la fianza establecidas originalmente, incluyendo el requisito de que debía estar monitoreado por guardias de seguridad todo el tiempo, le estaba costando alrededor de 250.000 dólares por mes.

Un abogado de la mucama, una inmigrante de Guinea en Africa occidental, hizo una declaración contundente en la que afirmó que el encuentro sexual que ocurrió en el Sofitel donde se estaba alojando Strauss-Kahn no había sido consensual, como implicaron los abogados de la defensa. “Eso es una mentira”, dijo el abogado Kenneth Thompson. Sus protestas no podrán modificar la impresión de que el caso que ella inició es un caos ahora. Lo que no quedó claro es si la oficina de Vance llegará a la conclusión de que no se seguirá con el juicio. Un escenario posible es que su oficina y los abogados de la defensa cambien de rumbo e intenten llegar a un acuerdo. Se le podría pedir a Strauss-Kahn que aceptara la culpa por cargos mucho menos serios que los que están ahora sobre la mesa y evitar así el tiempo de prisión.

Parecería que los fiscales habrían descubierto graves inconsistencias con respecto a la mucama de 32 años, por ejemplo diciendo que después del supuesto ataque en la suite de Strauss-Kahn en el Sofitel, en Times Square, ella había esperado que él se fuera y luego inmediatamente les dijo a los gerentes del hotel lo que había ocurrido. La verdad es que continuó con sus tareas de limpieza. “La demandante admitió desde entonces que esta narración era falsa y que después del incidente en la suite 2806 procedió a limpiar una habitación cercana y luego regresó la suite 2806 y comenzó a limpiar esa suite antes de informar del incidente a su supervisor”, dijeron en una carta los fiscales al equipo de la defensa.

El súbito giro de los hechos es probable que refuerce la crítica, especialmente en Francia, de un sistema legal en Estados Unidos que dice tratar a una persona acusada como inocente hasta ser declarada culpable, pero que dejó que Strauss-Kahn, de 62 años, anteriormente una de las figuras más poderosas en el sistema financiero mundial, desfilara ante las cámaras esposado y vilipendiado por los medios.

El juez parecía reconocer la necesidad de corregir esa impresión, insistiendo en que el trabajo de investigación continuará. “No habrá ningún apuro para el fallo.” El juez Michael Obus dijo en la audiencia: “Se seguirá investigando y reviendo el asunto como corresponde”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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