Los recortes policiales que decretó el gobierno conservador de Inglaterra quedaron ayer sobre el tapete. Luego de que el primer ministro David Cameron anunciara una contraofensiva para terminar con la ola de saqueos y violencia que azota las principales ciudades del país, los jefes de la policía cruzaron las declaraciones del premier y elevaron sus críticas por los recortes del gobierno.

A diferencia de lo que declaró el premier, ellos aseguran que la utilización de los carros hidrantes sería improductiva en este momento, y que no están capacitados para lidiar con futuros desórdenes civiles con apenas unas decenas de miles de efectivos. El presidente de la Asociación de Jefes de Policía, Hugh Orde, dijo que la policía hizo frente a un recorte del 20 por ciento en sueldos. El alcalde de Londres, Boris Johnson, criticó abiertamente los recortes. “No es momento de pensar en hacer semejantes reducciones en los efectivos policiales”, dijo el alcalde.

Los bomberos, actores clave en el frente de batalla contra los disturbios, sumaron sus críticas. “Los trabajadores están furiosos por la indiferencia ante los recortes generalizados del gobierno. Ya de por sí estamos debilitados, así que todo se pondrá peor. ¿Cómo espera el gobierno que lidiemos con este tipo de conflictos con menos efectivos en la línea de frente?”, se preguntó el secretario general de la Unión de Brigadas de Fuego, Andy Dark. Se esperaba que el jefe de la oposición, el laborista Ed Miliband, planteara ayer el tema de los recortes a la policía en un debate de urgencia por los disturbios, en la Cámara de los Comunes. Algunos conservadores expresaron temores acerca de que el premier se encuentre del lado equivocado de la discusión. “Cameron tiene sólo un par de días para probar que tiene todo bajo control”, dijo un tory (conservador). “Si no puede hacerlo, significa que está en serios problemas”, aseguró.

Anoche, un grupo de legisladores laboristas, incluyendo al líder de la bancada, Harriet Harman, se reunió con el ministro de Gobierno, James Brokenshire, y le pidieron que reconsideren de forma urgente el alcance de los recortes. “Es una gran prioridad para los ciudadanos de Londres”, dijo. “Se necesita a la policía. No podemos sufrir recortes”, dijo.

Por su parte, el gobierno utilizó un discurso más taxativo que lo habitual. “La gente deberá entender que sus acciones tienen consecuencias y, que si se involucra en estos crímenes, serán juzgados”, aseguró el ministro conservador Grant Shapps.

Desde el inicio de los disturbios, la policía, hasta ahora, ha hecho 750 arrestos y se les elevó cargos a 160 ciudadanos. Un chico de 11 años, un trabajador de la escuela primaria y un estudiante se encontraban entre los saqueadores que debieron comparecer ante los magistrados.

Hubo cruces por el plan de contingencia de 24 horas planteado por el gobierno para proveer a la policía con carros hidrantes. Un policía dijo que la propuesta era simplemente errónea y que ningún jefe policial los pediría. La Asociación de Jefes de Policía confirmó que las propuestas del gobierno incluían el uso de seis carros hidrantes pertenecientes al Servicio de Policía de Irlanda del Norte. “Si los vehículos fueran requeridos, provendrán de Irlanda del Norte. Pero por el momento, no parece que el uso de carros hidrantes fuera efectivo para neutralizar los disturbios”, aseguró un vocero de la policía.

El Servicio de Policía de Irlanda del Norte dijo que hasta ahora no habían recibido propuesta alguna por parte del gobierno conservador para la utilización de sus carros hidrantes fabricados en Bélgica.

Anoche, la Asociación de Jefes de Policía confirmó que las fuerzas de Avon, Somerset, Gloucestershire, Manchester y Nottingham habían pedido –y recibirían– policías, caballos, más refuerzos policiales y equipamiento de las 42 unidades en Inglaterra y Gales, así como vehículos –no carros hidrantes– de Irlanda del Norte.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.