Sáb 22.03.2003

EL MUNDO • SUBNOTA

Una ofensiva para llegar a Bagdad en cuatro días

Por Yolanda Monge
Desde Kuwait

Con las manos en la nuca marchando en fila india tras ser capturados. Rendidos de rodillas ondeando una bandera blanca e implorando en árabe a un marine. Tumbados boca abajo con las manos a la espalda. Captura y rendición. Marines estadounidenses bajo mando británico hicieron prisioneros ayer a más de 250 soldados iraquíes en su avance hacia el estratégico puerto iraquí de Umm Qasr. La bandera de las barras y estrellas ya ondea en el principal enclave petrolífero iraquí. El ejército de Estados Unidos comenzó su invasión de Irak. No encontraron apenas resistencia. El régimen de Saddam Hussein perdió ayer su única salida al Golfo Pérsico.
Punto estratégico clave para facilitar la conquista de Basora, tropas de infantería del ejército británico tomaron la península de Al Fao (donde se encuentra Umm Qasr), en la desembocadura del Eufrates y el Tigris. Su siguiente objetivo: Basora. Fuentes británicas dijeron que sus fuerzas estaban a las puertas de esta ciudad, la principal del sur iraquí, y que la caída era inminente. El segundo día de avance de las tropas americanas y británicas sobre Irak dentro de la campaña militar para defenestrar al régimen de Saddam prosiguió ayer de forma implacable. La invasión por tierra era una enorme flecha que penetraba desde el noroeste de Kuwait hacia Basora. Pero una flecha que apunta más al norte. A Bagdad. A un ritmo de 40 kilómetros por hora, miles de carros blindados actuaron como un rodillo. “Si el avance sigue así, estaremos a las puertas de Bagdad en tres o cuatro días”, apostaba el portavoz de las fuerzas del Reino Unido en el Golfo Pérsico, Al Lockwood. También proseguía su penetración en Irak el VII Regimiento de Caballería, una unidad acorazada. Sus soldados avanzan en largas columnas de cientos de carros de combate M1A1 Abrams, vehículos de infantería M3A3 Bradley, seguidos de vehículos ligeros Humvee y cientos de camiones cisterna y de avituallamiento. Fuentes oficiales estadounidenses confirmaron ayer que las tropas habían tomado el control de dos aeropuertos situados en el desierto iraquí al oeste de Bagdad, una operación decisiva en el cerco de la capital iraquí. De acuerdo con estas fuentes, los aeropuertos, identificados como H-2 y H-3, están ubicados respectivamente a 225 y 290 kilómetros al oeste de Bagdad.
Pero el ejército de Saddam Hussein frenó anoche el avance de la coalición aliada. A las puertas de Nasiriyah, punto principal de cruce sobre el río Eufrates, fueron parados en seco los soldados norteamericanos y británicos. Un periodista de la agencia Reuters que viajaba con efectivos de la tercera división de Infantería de EE.UU. informó que un oficial le había asegurado que se estaban llevando a cabo combates y que su unidad esperaba “unirse pronto a la batalla”. Hubo intercambio de disparos de artillería. Nasiriyah es el principal cruce existente sobre el Eufrates, a unos 375 kilómetros al sudeste de la capital Bagdad. Cruzar el Eufrates es el siguiente objetivo militar de las tropas en su camino hacia la capital iraquí, según el general británico Albert Whitely.
En su avance hacia el interior de Irak desde la frontera sur con Kuwait, las tropas británicas y estadounidenses intentaban hacerse con el control de los campos de petróleo de la región. Ya han recorrido unos 200 kilómetros por el desierto al oeste del río Eufrates. Las fuerzas iraquíes incendiaron siete pozos de petróleo en el sur del país, y no 30, como primero informó el ministro de Defensa británico, Geoffrey Hoon. El responsable calificó de “éxito significativo” el control de las instalaciones de bombeo de petróleo de la península de Al Fao, en el sur. Según declaró Hoon, asegurar esta zona era “un objetivo vital” ya que existe el temor de que las fuerzas iraquíes traten de incendiar los campos petroleros o faciliten el derrame del crudo hacia el golfo Pérsico.Durante la guerra del Golfo de 1991, los iraquíes incendiaron un total de 737 pozos petrolíferos en su retirada de Kuwait, tras ser expulsados por el ejército norteamericano tras la invasión de aquel país siete meses antes.
En la protección de los campos petrolíferos, el ejército estadounidense sufrió ayer por la mañana su primera baja en combate. Según la cadena de televisión NBC, se trata de un oficial del cuerpo de Marines, abatido por fuego iraquí durante una operación en los pozos de petróleo de Al Rumeila, en el sur del país. Anoche se desconocía la identidad del fallecido, como también las circunstancias de su muerte. Otros doce militares de la coalición –ocho británicos y cuatro estadounidenses– morían anteayer al estrellarse por accidente un helicóptero norteamericano de transporte de tropas en el norte de Kuwait. Aunque se desconoce el número de víctimas iraquíes ante el avance del ejército de Estados Unidos, al menos tres soldados iraquíes murieron al ser atacados por un tanque y tres vehículos Bradley de combate el jueves por la noche. Serían las tres primeras víctimas en combate iraquíes confirmadas dentro de la ofensiva. Según testigos sobre el terreno, los soldados norteamericanos recogieron los cadáveres, los metieron dentro de unas bolsas negras y los dejaron a un lado de la carretera. Y prosiguieron la invasión.
En la ciudad que está siendo la retaguardia de la invasión, ayer sólo sonaron dos veces las alarmas aéreas durante el día. Se esperaba que lo volvieran a hacer durante la noche, como lo hicieron por tres veces la madrugada del jueves al viernes. Porque Kuwait sigue viviendo su particular guerra de nervios. Asustados ante los diversos misiles que desde que comenzó la guerra el régimen de Saddam ha lanzado sobre el emirato, los kuwaitíes pasan el día entre rumores, carreras y cintas adhesivas. Rumores, porque nunca acaba de saberse el lugar en el que impactaron los misiles. Carreras, porque toda prisa es poca cuando comienzan a sonar insistentemente las alarmas. Cinta adhesiva que se ha convertido, después de las máscaras antigás, en un objeto adorado con el que han sellado sus casas hasta agotar las existencias. Cada vez que el Ministerio de Defensa detecta un ataque desde Irak, la televisión de Kuwait interrumpe su programación y emite una señal sonora intermitente que indica que hay que ponerse a salvo. Coches de la policía escoltados por carros blindados patrullan las calles. Lanzan un mensaje a través de un altavoz. “Emergencia. Esto es una alarma aérea.”

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