EL MUNDO
• SUBNOTA › TURQUIA SE ANTICIPO A EE.UU. Y ENVIO 1000 TROPAS
La carrera por tomar el norte
Por Juan Carlos Sanz
Desde Erbil
Estados Unidos abrió ayer las hostilidades en el norte de Irak con el bombardeo aéreo de instalaciones militares en Mosul. Periodistas árabes destacados en esa ciudad, la segunda del país, confirmaron el ataque contra una base aérea alrededor de las tres de la madrugada del viernes. Las grandes explosiones volvieron a escucharse a las nueve de la noche en Mosul y en Kirkuk, ambas asentadas en torno de grandes yacimientos de petróleo. Pero el frente terrestre, el que divide el territorio controlado por las milicias kurdas de las posiciones de las tropas de Bagdad, seguía ayer inactivo, a la espera de un despliegue de fuerzas estadounidenses aerotransportadas que los responsables del Kurdistán iraquí consideraban anoche “inminente”. Y el panorama se alteró con el anuncio de que 1000 tropas turcas habían entrado en el norte iraquí para evitar que los kurdos proclamen un Estado independiente, contra las prioridades de Washington, que buscaba entrar en la zona primero y evitar un enfrentamiento sangriento y caótico entre kurdos y turcos.
Nunca se había fotografiado tanto un puente sobre un humilde afluente del Tigris. En Kalak, a 47 kilómetros de Mosul, sólo la presencia de las cámaras de televisión perturbaba ayer la calma absoluta del paso “fronterizo” sobre el río Bichuk, cerrado en su sector iraquí 48 horas antes. De hecho, los únicos disparos que se escucharon en Kalak fueron los tiros al aire de una patrulla del ejército de Irak para ahuyentar a un equipo de reporteros italianos que pretendía tomar imágenes de sus movimientos a apenas 200 metros de distancia. Aunque los periodistas aseguraron que tuvieron que permanecer cuerpo a tierra durante casi un cuarto de hora mientras las balas silbaban sobre su cabeza, otros testigos recortaron considerablemente la duración del incidente. Los bombardeos nocturnos de Mosul y Kirkuk, confirmados por las agencias de noticias, fueron presumiblemente lanzados desde los aviones B-52 norteamericanos que machacaron anoche los centros estratégicos de Irak. Estos ataques figuraban ya desde hace meses en los planes del Pentágono para neutralizar las bases aéreas y unidades de carros de combate en el norte de Irak antes de iniciar el despliegue de sus propias tropas sobre el terreno. Pero EE.UU. ha tenido que modificar sobre la marcha sus previsiones –enviar por tierra una división de infantería de 62.000 soldados equipada con armas pesadas– tras el rechazo de Turquía al paso de fuerzas extranjeras por su territorio.
A pesar de haber recibido el jueves la autorización del Parlamento de Ankara para que sus fuerzas puedan ser aerotransportadas sobre Turquía hasta el norte de Irak, EE.UU. mantenía aún ayer una última disputa con el gobierno turco sobre aspectos “técnicos” del sobrevuelo, según la BBC. Esta controversia de última hora puede retrasar el despliegue de unidades aerotransportadas estadounidenses –unas fuerzas que al contar sólo con blindados ligeros, precisan de mayor protección aérea– hasta el Kurdistán iraquí.
Fuentes del gobierno autónomo consideraban anoche “inminente” la llegada de los primeros efectivos de EE.UU. Las milicias kurdas cerraron el paso ayer a los periodistas en todo el perímetro de la pista de aterrizaje de la antigua base militar de Erbil, donde supuestamente ya operan unos pocos miembros del ejército estadounidense que preparan la llegada de la primera avanzadilla de sus tropas. El pasado fin de semana, sin embargo, fue posible visitar el recinto con total libertad mientras se daban los últimos retoques a la reparación de la plataforma. En Harir, al noreste de Erbil, y en las cercanías de Dohuk (norte) y Suleimaniya (sur) los “peshmergas” han trabajado en el acondicionamiento de aeródromos aptos para el aterrizaje de aviones de transporte militares.
Ayer hubo un rumor de que fuerzas especiales (“comandos”) de EE.UU. estaban tomando los pozos de petróleo cerca de Kirkuk, y que incluso miembros de la resistencia kurda de esa ciudad les estaban ayudando en los combates. Un responsable del Partido Democrático del Kurdistán, que controla con sus milicias el norte del territorio autónomo, desmentía poco después la información con este argumento: “No se pueden internar en territorio enemigo en Kirkuk sin que nosotros les guardemos las espaldas”.
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