Los egipcios votaron ayer para elegir diputados en un tercio del país, en unos comicios donde la importante ventaja obtenida por los islamistas les permite ubicarse en el centro del juego político de la época posterior a Mubarak. Unos 15 de los 50 millones de electores inscriptos están convocados a participar en los dos días que dura la tercera fase de esta elección. Los colegios electorales reabrirán hoy para que se celebre la segunda y última jornada de estos comicios, los primeros desde la caída de Hosni Mubarak en febrero pasado. Los resultados en las dos primeras fases, que comenzaron el 28 de noviembre en las dos principales ciudades del país, El Cairo y Alejandría, dieron una amplia victoria a las organizaciones islamistas, que obtuvieron un 65 por ciento en total, según cifras provisorias.

Ahora no parece que ese resultado vaya a verse sustancialmente modificado, con la celebración de las elecciones de ayer y hoy en nueve gobernaciones del Sinaí, el delta y el valle del Nilo y en los oasis del sudoeste. En Sharm el Sheij, el gran balneario del sur del Sinaí, la formación de los Hermanos Musulmanes, el Partido de la Libertad y de la Justicia, tenía ayer los favores de numerosos electores, que trataban de disipar los temores de ver al turismo afectado por una victoria islamista. “Si Dios quiere, el PLJ ganará. Son gente buena. El turismo es su prioridad”, declaraba la electora Um Mohamed, funcionaria cuyo marido trabaja en el sector turístico. “La mayoría de la gente del PLJ de aquí trabaja en el turismo, son los primeros que se preocupan por su futuro”, dice una de sus amigas, Um Esraa, que también fue a votar. La otrora floreciente industria turística egipcia está sufriendo una grave crisis debido al clima político inestable que reina desde la revuelta contra el régimen de Mubarak a comienzos de año.