Manifestaciones de apoyo a Pussy Riot reunieron a cientos de personas en Europa el viernes, tras ser condenadas a dos años de prisión las músicas del grupo por haber cantado una “oración punk” contra el presidente ruso Vladimir Putin en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú. En París, unas 200 personas recibieron con abucheos la sentencia de las jóvenes rusas. Al grito de “¡Freedom por Pussy Riot!”, varias decenas de personas, en su mayoría jóvenes “punks”, manifestaron ayer frente a la célebre Sagrada Familia de Barcelona contra la condena a las integrantes del grupo punk ruso. En Londres, unas 50 personas se congregaron en el Royal Court Theatre, donde se había puesto en escena una obra corta en la que actrices interpretaron los alegatos de las tres jóvenes durante su juicio.

En Bruselas, unas 50 personas se reunieron cerca de la embajada rusa, algunas de ellas con retratos del presidente ruso al que bautizaron “Vladimir Pussy”. En Sofía, los manifestantes concurrieron al monumento a los soldados del Ejército Rojo y cubrieron las esculturas de los soldados con capuchas de colores. En Kiev, una militante del movimiento ucraniano Femen, con sus senos al descubierto, cortó con una sierra con motor una cruz erigida a la memoria de víctimas de la represión stalinista. La UE condenó este viernes la decisión “desproporcionada” de la Justicia rusa, que también fue criticada en términos similares por Francia, Gran Bretaña y Alemania, así como Estados Unidos. En la Gran Manzana las movilizaciones habían comenzado en la víspera con la lectura de proclamas en favor de la libertad, a cargo de escritores e intelectuales rusos. La protesta y el respaldo a las cantantes prosiguió ayer con una marchan en la tradicional Madison Avenue. Varios artistas como Paul McCartney, Madonna, Björk, Sting y Yoko Ono, la viuda de John Lennon, manifestaron su solidaridad. John Dalhuisen, director de AI para Europa y Asia Central, dijo que lo que hicieron las tres integrantes del grupo “estaba calculado para escandalizar y lo consiguieron”, pero la condena a dos años es un ataque a la libertad de expresión.