Por Ferrán Sales *
Desde Jerusalén

“Cada israelí se ha convertido ahora en un objetivo”, aseguró desde Gaza Mahmoud Zahar, portavoz del movimiento fundamentalista Hamas. La nueva advertencia de los radicales islámicos añade aún más tensión a la guerra abierta que desde hace una semana enfrenta a Israel y Hamas, que se ha cobrado hasta ahora con cerca de medio centenar de muertos y que amenaza a convertir el plan de pacificación de la Hoja de Ruta en un papel mojado. Ayer, dos mujeres colonas fueron heridas de gravedad por disparos de los palestinos en una carretera de Cisjordania.
“Sus hijos y sus mujeres, cada uno es ahora un objetivo”, anunció Mahmoud Zahar, 58 años, médico cirujano, portavoz de Hamas, en unas declaraciones efectuadas a la cadena de televisión norteamericana CNN. Las declaraciones de Zahar, hoy en paradero desconocido como la mayoría de los dirigentes islámicos de Gaza, se suman a otras incendiarias declaraciones efectuadas pocas horas antes por los fundamentalistas en las que se llamó a todas “las células a actuar inmediatamente como un terremoto” o se urgió a los extranjeros a salir inmediatamente de Israel “si quieren preservar sus vidas”.
Las declaraciones de Zahar eran una respuesta inmediata al asesinato selectivo de Yasser Taha, un dirigente de las Brigadas de Ezzedin Al Qassam, que fue abatido junto con su mujer y su hija de tres años, por una ráfaga de misiles lanzados desde dos helicópteros de combate Apache. En la operación murió asimismo accidentalmente Mussalam Amaireh de 52, guardián de una mezquita cercana, sobre la que cayó un misil extraviado.
A pesar de lo crispado de la situación, el primer ministro palestino, Mahmud Abbas (Abu Mazen, por su nombre de guerra), se ha comprometido en las últimas horas con el presidente norteamericano, George W. Bush, a proseguir con las negociaciones con los grupos radicales, hasta conseguir un alto el fuego. Abbas trataba con este compromiso de detener la maquinaria militar israelí, en su guerra contra Hamas. Pero además el jefe del Ejecutivo palestino es consciente de que su futuro político depende única y exclusivamente de que consiga de los radicalizados una tregua, que permita a continuación avanzar en el programa de la Hoja de Ruta.
Para conseguir la tregua con los radicalizados, Abbas ha abierto tres vías de negociación. La más importante está impulsada por el jefe de los servicios secretos egipcios, el general Omar Suleiman. Pero a esta negociación se le han añadido otros dos canales, uno dirigido por el ministro de Cultura palestino, Ziad Abu Amr, y el otro por el abogado Hader Shikrat, un dirigente del partido comunista, ex responsable de la Organización no Gubernamental de Defensa de los Derechos Humanos, Law.
El abogado Shikrat actúa desde hace unos días como enlace entre Marwan Barguti, el dirigente de los Tanzim encarcelado en Israel, y los grupos radicalizados, a los que ha instado a deponer las armas y optar por una Intifada pacífica, de movilizaciones populares. Días atrás el gobierno israelí permitió hacer llegar a Barguti un teléfono celular, con el que pudo hablar desde su celda con líderes fundamentalistas como Jaled Mashall, máximo responsable del Buró político de Hamas, exiliado en Damasco.
Todos estos esfuerzos se verán reforzados en las próximas horas con la llegada a Jerusalén del equipo norteamericano de observadores, comisionados por la Casa Blanca, y a la cabeza del cual se encuentra el diplomático John Wolf, un especialista en temas complicados. Su misión será la de tutelar la aplicación de cada uno de los puntos de la Hoja de Ruta, manteniendo contacto permanente con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. Una maniobra que supone un primer paso hacia la internacionalización del conflicto israelo-palestino y a cuya dinámica podrían sumarse en un futuro observadores de la Unión Europea o de Rusia.
Pero ninguno de estos esfuerzos parece hacer mella en los grupos radicalizados, que ayer ordenaron a los francotiradores de las carreteras en Cisjordania reanudar sus ataques contra los colonos israelíes. La orden de pasar al ataque fue rápidamente cumplida: dos mujeres colonas resultaron gravemente heridas por los disparos efectuados en el acceso del asentamiento de Newe Tzuf, cerca de Ramala. La acción fue reivindicada por la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa, vinculada al partido de Al Fatah.
Por otra parte, la población israelí ha empezado a mostrarse crítica con respecto a las operaciones militares. Un 67 por ciento de la población está contra los “asesinatos selectivos” de los dirigentes palestinos, el 76 por ciento cree que la ocupación de los territorios perjudica a Israel y un 40 por ciento opina que el intento de asesinato del dirigente Abdel Aziz Al Rantisi, de Hamas, tenía como objetivo impedir la aplicación de la Hoja de Ruta.

* De El País de Madrid.
Especial para Página/12