El régimen sirio anunció que participará en la conferencia internacional prevista en Ginebra para tratar de poner fin a una guerra. El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, anunció en Irak que su decisión de principio de participar en la conferencia internacional prevista en junio por Moscú y Washington será una buena oportunidad para encontrar una solución política a la crisis en Siria. Sin embargo, el anuncio fue considerado insuficiente por la oposición, la cual pidió a Damasco clarificar su postura sobre una salida del presidente Bashar al Asad. “El régimen todavía no ha dicho si (Asad) estaba dispuesto a irse”, subrayó el portavoz de la coalición de la oposición, Luay Safi. Reunida desde el jueves pasado en Estambul, la Coalición no lograba superar sus divisiones para adoptar una postura clara sobre estas negociaciones. Por eso, todavía no dio una repuesta sobre su posible participación a la conferencia internacional. Por su parte, los Kurdos de Siria opuestos al régimen indicaron su voluntad de ir a Ginebra, sea en las filas de la coalición de la oposición o independientemente. El anuncio de la participación del gobierno de Siria a la conferencia en Ginebra viene tras un nuevo atentado en Líbano. Dos cohetes disparados desde Beirut cayeron así ayer en un suburbio del sur de la capital, bastión de Hezbolá, causando heridas a cuatro personas, según una fuente de seguridad libanesa. “Este incidente está probablemente relacionado con el conflicto sirio”, dijo la fuente aunque, por el momento, ninguna fuerza reivindicó el acto. El sábado, el jefe del Hezbolá, Hasan Nasralá, aseguró que su formación debía intervenir en Siria porque el país es la retaguardia de la resistencia. Líbano, como otros países limítrofes, sufre cada vez más el contagio de la guerra en Siria.