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De Pinochet a Fidel
Parecían el agua y el aceite, pero terminaron tan amigos. Con dos entrevistas con el presidente de Cuba Fidel Castro y la firma de un acuerdo de salud pública bilateral, el líder de la derecha chilena y alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, concluyó ayer una visita de cuatro días a la isla. “Vine a Cuba porque entiendo que hay que superar el pasado aunque pensemos políticamente de manera diferente, porque el mundo de hoy es un mundo sin barreras, pragmático y tenemos que respetarnos unos a otros”, dijo el ex colaborador del general Augusto Pinochet.
En rueda de prensa frente al Malecón de La Habana, Lavín dijo que habló en privado con Castro sobre la postura de su país ante la insurgencia chilena, después de un caso de secuestro en Brasil que pareció señalar un repunte de las actividades del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. El fundador de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) dijo que el diálogo con el mandatario cubano fue de forma “franca y directa”. “En realidad no puedo decir que uno convenció al otro. Creo que fuimos francos y directos” y Castro “nos acogió en forma muy abierta y conversamos sobre todos los temas”, afirmó. Aseguró que “las diferencias obviamente son muy grandes. En lo político, en lo económico y prácticamente en todos. Pero eso no significaba que no pueda conversarse y respetarse”.
Lavín llegó a La Habana para firmar un convenio sobre la experiencia cubana del Médico de la Familia (de la comunidad), a fin de trasladarla a la Municipalidad de Santiago de Chile. El documento firmado junto con el ministro de Salud Pública de Cuba, Carlos Dotres, horas antes de su reunión anoche con Castro, establece el envío a la capital chilena de médicos cubanos que colaborarán en un programa de atención primaria, y a la vez facultativos chilenos visitarán Cuba. Lavín también se reunió con el cardenal Jorse Ortega y con Conrado Martínez Corona, arzobispo y alcalde de La Habana, respectivamente.
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