Dom 18.10.2015

EL MUNDO • SUBNOTA

Cláusula democrática

› Por Darío Pignotti

Avizorando un martes 13 fatídico, Dilma había denunciado el jueves 8 la inminencia de un “golpe a la paraguaya” como el que derrocó con un coreografía institucional a Fernando Lugo, sucedido por su vicepresidente Federico Franco, luego de un juicio sumario que acusó al presidente democrático de haber violado la soberanía por respaldar la cláusula democrática del Mercosur, entre otros cargos.

La comparación de Dilma con el putch paraguayo se prestó a varias lecturas.

Una fue interpretarla como una acusación a su vicepresidente y líder del PMDB Michel Temer, una suerte de Federico Franco a la brasileña, abocado desde hace meses a tejer intrigas para quedarse con la presidencia.

La analogía con el caso paraguayo permite otra conclusión: si Asunción fue suspendida del Mercosur precisamente por violar la cláusula democrática, esa jurisprudencia podría ser invocada por algunos miembros del bloque para desconocer a un eventual gobierno brasileño ilegítimo.

Ante la amenaza de un quiebre institucional varios presidentes de sudamericanos han manifestado su respaldo a la administración del Partido de los Trabajadores, la cuarta consecutiva desde 2003.

El jueves 8, mientras Dilma alertaba sobre el riesgo de golpe, en Argentina el candidato presidencial Daniel Scioli tomó la decisión viajar a Brasilia. “Fue una actitud importante, un gesto de solidaridad hacia Dilma... en los momentos difíciles es cuando se ven los amigos”, dijo el asesor internacional de Scioli, Rafael Follonier, durante un diálogo informal con este diario en el Palacio del Planalto el martes 13.

Follonier sostuvo que el respaldo dado por Scioli a Dilma demuestra la afinidad que existe entre ambos y garantiza la “continuidad” del proyecto integracionista de “Néstor, Lula y Cristina”.

Antes de recibir a la delegación argentina Dilma conversó con el secretario general de la Unasur, Ernesto Sampar, quien defendió su permanencia en el cargo. Al igual que en el Mercosur, en Unasur “existe una cláusula democrática que prevé que se debe intervenir para evitar que se altere de forma brusca el orden constitucional”, explicó.

A raíz de esas declaraciones Samper no fue recibido por el ex candidato presidencial socialdemócrata Aécio Neves, ni su compañero de formula, Aloysio Nunes Ferreira. Alegaron, en términos similares a los de la oposición paraguaya de 2012 para justificar la caída de Lugo, que cuando el representante de la Unasur invocó la cláusula democrática interfirió en los asuntos internos de Brasil.

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