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Un golpe contra el líder de la mayoría
Ayer, el máximo líder espiritual de la mayoría chiíta de Irak, el ayatolá Alí Sistani (foto), se salvó por un pelo de morir asesinado en la ciudad de Najaf. La noticia la dio su propia oficina, ubicada en esta ciudad santa, al sur de Bagdad. Por su parte, Muaffak Al Rabie, uno de los 25 miembros del Consejo de Gobierno transitorio iraquí, dijo que “acabo de ver a Sistani sano y salvo”. Y que éste se encuentra en un “lugar seguro”. Aparentemente, un grupo de desconocidos armados disparó contra el auto en el que viajaba el religioso. Poco después del atentado, en declaraciones para el diario árabe Al Hayat, que se publica en Londres, Sistani exigió un gobierno “amplio y transparente” para que los iraquíes “de todas las clases y grupos se sientan representados”. El religioso, que reclama elecciones generales en Irak, indicó que aceptaría a un no chiíta como el nuevo líder de Irak si así lo decide el electorado iraquí. “Es injusto no aceptar a ningún otro grupo por su clase, religión o por sus posiciones políticas y sociales”, afirmó. “Tenemos que tomar decisiones difíciles que determinarán el futuro de Irak”, agregó. Luego de condenar el atentado contra Sistani, Al Rabie pidió a los musulmanes sunnitas y chiítas de Irak que “estén despiertos para hacer frente a los intentos de crear un conflicto” religioso en el país. “Sistani aboga por la democracia y contribuye a los esfuerzos para reconstruir el nuevo Irak. Hay que condenar todo acto de violencia en nuestro país”, declaró. El intento de asesinato contra Sistani se produjo un día antes de la llegada de la delegación de la ONU, que hoy llegó a Bagdad para encargarse de analizar la posibilidad de convocar a elecciones generales, como reclama el ayatolá Sistani. A él responden todos los chiítas de Irak, que son mayoría en este país.
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