EL MUNDO
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Una buena para W.
No es para que en la Casa Blanca descorchen champán (aunque George W. Bush es un alcohólico recuperado), pero es una buena noticia con vistas a las elecciones del 2 de noviembre, donde el presidente se postula para un nuevo mandato. Durante el mes de enero en Estados Unidos se crearon 112.000 nuevos puestos de trabajo, el aumento de empleos más grande de los últimos tres años, informó ayer el Departamento de Trabajo. El número de desempleados en enero ascendía a 8,3 millones de personas, y la tasa de desempleo se situó en 5,6 por ciento, la cifra más baja en dos años, y también menor respecto a diciembre, cuando fue de 5,7 por ciento. Los nuevos puestos de trabajo se deben a las industrias de servicios, incluidos los comerciantes, bancos y agencias gubernamentales, que crearon 105.000 nuevos empleos. Los economistas habían previsto, sin embargo, una cifra mayor de 175.000 nuevos empleos, según una encuesta de la agencia Bloomberg. Pero es una mejor noticia que en diciembre, cuando la economía norteamericana prácticamente no produjo nuevos empleos. El cuadro económico muestra desde hace meses una evolución paradójica: el Producto Bruto Interno crece, y las empresas gozan de buena salud, pero la desocupación se niega a ceder. Ocurre que las empresas han invertido parte de sus ganancias y devoluciones de impuestos en mejorar su productividad por medio de inversiones en tecnología, lo que reduce la necesidad de contratar nueva mano de obra. Y, sobre todo, está el fenómeno del llamado outsourcing, por el cual las compañías prefieren montar sus cadenas de producción en el extranjero, en regiones como Asia y América Central, donde la mano de obra es más barata.
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