Sáb 13.03.2004

EL MUNDO • SUBNOTA  › ESPECIALISTAS DE EUROPOL HABLAN EN OFF SOBRE LA RED ISLAMICA AL-QAIDA

“Hiperterrorismo en perpetua mutación”

› Por Eduardo Febbro

Cuarenta y ocho horas después del atentado perpetrado en Madrid la bolsa de las especulaciones sigue abierta. Los analistas, los policías y los medios ligados a la lucha antiterrorista no se pronuncian abiertamente pero de sus análisis se desprende una suerte de “certeza flotante” que señala hacia la red de Osama bin Laden. Si se confirma que los atentados de Madrid fueron organizados por las brigadas que llevan el nombre de quien era el responsable de las operaciones militares de Al-Qaida, Abu Hafs al-Masri, muerto en Afganistán en octubre del año 2001, ello significaría que la nebulosa del millonario saudí no ha perdido su poder operacional. Sin pronunciarse realmente por una u otra opción, la policía europea destaca no obstante que nunca perdió de vista la persistencia de la amenaza islamista en el continente europeo. Un responsable de Europol –organismo que agrupa a las policías de la Unión Europea– admitió ayer que, en caso de confirmarse, las acciones de Al-Qaida vienen a probar que sólo “nos equivocamos en un detalle: pensamos que una acción de gran envergadura se produciría mucho antes”.
El análisis que hacen quienes llevan años siguiendo la pista a los grupos islamistas es tanto más rico cuanto que éstos no incluyen juicios políticos sino esquemas técnicos. Desde ya, los expertos destacan hoy que España figuraba desde hace varios meses en la lista de países europeos más expuestos a ser el escenario de “un gran ataque terrorista”. Las razones invocadas son de dos índoles. La primera es obvia: España formó parte del dúo de países miembros de la Unión Europea que más apoyaron la intervención anglonorteamericana en Irak (el otro fue Gran Bretaña). Días antes de la guerra, por ejemplo, George Bush se reunió con el primer ministro británico Tony Blair y con el jefe del gobierno español, José María Aznar, en las islas Azores. La segunda razón es “práctica”, según precisa un oficial integrante de una brigada europea antiterrorista: “No se debe olvidar que, junto con Alemania, España fue el país que desplegó enormes medios para desactivar las redes islamistas presentes en ese país. En este caso no se trató de un gesto meramente político sino de una acción policial de gran envergadura. Los españoles y los alemanes descubrieron un poco tardíamente que Al-Qaida había instalado allí las bases más importantes basadas en Europa”.
Los expertos utilizan hoy un nuevo concepto para retratar lo que queda de Al-Qaida: atomización. De hecho, para los especialistas de las redes islámicas, bajo el golpe de la represión –arresto o asesinatos de sus principales cabezas– Al-Qaida se quedó huérfana. “A falta de una columna vertebral, los grupos emparentados a Al-Qaida han conocido una doble orientación: son más sólidos pero están más atomizados”, explica otro miembro de Europol. Admitiendo que los ataques de Madrid sean el resultado de esa atomización, el citado oficial destaca que ello vendría a confirmar que “a pesar de los golpes, la nebulosa Al-Qaida ha regenerado sus capacidades y que está en condiciones de organizar atentados de grandes proporciones”. Los europeos nunca perdieron de vista la “firmeza” de las amenazas proferidas por los simpatizantes de Bin Laden, es decir, que en uno u otro momento éstos pasarían a la acción contra uno de los países que intervino militarmente en Irak o apoyó la intervención. “El problema al que siempre estuvimos confrontados radicó en que, a raíz de la atomización de las redes, la amenaza se descentralizó para convertirse en una sombra dispersa pero no por ello menos inquietante”, observa un experto francés. Otro factor que suscita las peores pesadillas en el seno de los servicios de seguridad europeos es el “poder de atracción que ejerce el mensaje de Bin Laden”, según la definición de un oficial de Europol. En lo concreto,ese mensaje se traduce en la capacidad de “fomentar la creación de grupos muy activos y dispuestos a probar su radio de acción con atentados de gran envergadura”, explica el oficial. El conjunto de los medios inmersos en la problemática terrorista da la imagen de estar enfrentados a un “enemigo en perpetua mutación, que sabe manejar muy bien los tiempos políticos de los lugares donde quiere golpear y que, además, no ha perdido de vista su principal objetivo: incitar una confrontación entre el Islam y el cristianismo”. Un último experto admite que el “concepto de hiperterrorismo no es una exageración. La única diferencia está en que ese hiperterrorismo no está orquestado desde una gran estructura vertical sino a partir de una galaxia cuyos componentes están en perpetua transformación”.

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