EL MUNDO
• SUBNOTA › LA REVELACION DE LAS FOTOS, VIVIDA SIN SORPRESA POR LA SOCIEDAD IRAQUI
La punta de un iceberg demasiado grande
Por Justin Huggler*
Desde Bagdad
Las fotos de los abusos y de las humillaciones sufridos por los detenidos iraquíes pueden haber espantado a Occidente, pero en Irak, no causaron sorpresa. Las historias de la crueldad han salido en forma constante de las prisiones que manejan las fuerzas de ocupación –lo cual contradice la versión norteamericana que sostiene que el abuso es producto de unos pocos malvados–. La historia de estas fotos cuenta la incapacidad de Occidente de creer la parte oscura de la ocupación hasta que ésta se le enfrenta directamente. Los iraquíes ya sabían, porque muchos tienen un familiar, un amigo o un conocido que ha sido detenido por las fuerzas de ocupación en algún momento y que ha visto por sí mismo lo que ocurre en el interior de las prisiones y de los centros de detención.
No es difícil encontrar a alguien que estuvo detenido en Abu Ghraib y que haya sido testigo del maltrato, pero la mayoría se niega a hablar con la prensa occidental por miedo a las represalias norteamericanas y por vergüenza. Un hombre que estuvo detenido allí le dijo a este diario que había visto a guardias norteamericanos atando a prisioneros desnudos a las rejas y soltando a los perros para que los atacaran. “Vi a un prisionero que era castigado”, dijo el hombre, que se negó a ser identificado. “Lo ataron a las rejas por intervalos de dos horas y solamente lo dejaban descansar 45 minutos entre sesión y sesión. Hicieron esto por varios días y durante el invierno.”
El ex detenido dijo que casi todos los tratos crueles y degradantes de los que él fue testigo eran llevados a cabo por soldados que estaban bajo órdenes de los interrogadores, lo cual apoya las informaciones que sostienen que era parte de un esfuerzo sistemático para ablandar a los prisioneros para interrogarlos. “Es sistemático”, dice Stewart Vriesinga, del Equipo de Pacificadores Cristianos (EPC), una organización voluntaria que ha estado documentando los abusos en las prisiones de las fuerzas ocupantes desde el pasado agosto y ha entrevistado a 72 detenidos. “Documentamos un caso en el que utilizaron un aguijón de ganado en los genitales de un hombre. Hay casos de niños a los que se les separan las nalgas y se los pateaba en el ano.” Según el EPC, entre 10.000 y 20.000 iraquíes están detenidos en este momento y muchos otros han sido liberados por falta de pruebas.
Con tantos testigos, las fuerzas ocupantes nunca hubieran podido mantener los abusos en secreto y que los iraquíes no se enteren. Sin embargo, tampoco hacía falta el secreto: las pocas historias de maltrato que fueron publicadas tuvieron poco impacto en Occidente hasta que apareció la evidencia fotográfica. Aunque los iraquíes no se sorprendieron por los abusos, esto no disminuyó el impacto de las fotos por sí mismas. Las soldados mujeres posando y riéndose al lado de hombres iraquíes desnudos y humillados ha engendrado pura furia.
Las informaciones de que las fotos han traído como consecuencia la pérdida de apoyo de los iraquíes a los norteamericanos no son del todo correctas. El apoyo se perdió después de la debacle del ataque sobre Faluja. Pero estas fotos han echado más leña al fuego y este hecho ha sido captado por el clérigo radical chiíta Muqtada al-Sadr, quien aprovechó la atención de los medios después del ataque norteamericano sobre su Ejército de Mehdi para atacar al presidente George W. Bush por Abu Ghraib en su sermón del viernes. “Los periodistas me preguntan si estas fotos son solamente la punta del iceberg”, dice Vriesinga y agrega: “Este iceberg es tan grande que no queda agua para que flote”.
* De The Independent de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.
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