La polémica por la decisión del presidente Néstor Kirchner de no participar en los funerales de Juan Pablo II se avivó ayer con una lluvia de críticas lanzadas desde distintos sectores. Desde la diputada del PJ Hilda “Chiche” Duhalde hasta voceros de la Iglesia expresaron su malestar por la determinación oficial. Frente a estos cuestionamientos, la Casa Rosada buscó poner paños fríos. En esa línea apuntó el vicepresidente, Daniel Scioli, quien encabeza la delegación enviada al Vaticano. “Se ha dispuesto la máxima representatividad posible, que cuenta con todo el respaldo presidencial”, aseguró. Para reforzar su postura el Gobierno emitió además un comunicado con las recomendaciones que hizo la Cancillería a Kirchner para que asista sólo “a la asunción del nuevo Pontífice”, y de este modo “evitar un doble viaje”.
“Me hubiera gustado que fuera”, se lamentó Chiche Duhalde en declaraciones que realizó durante la mañana. “El ha hecho un enorme esfuerzo por lograr la pacificación del país y por eso me parece que todos los presidentes tendrían que estar ahí. Hasta Fidel Castro va a ir”, sostuvo, aunque sin precisión porque Castro no irá. Sus críticas hicieron punta y fueron seguidas por las de distintos dirigentes de la oposición.
Uno de ellos fue el titular de la UCR, Angel Rozas, quien aseguró que la ausencia de Kirchner en las exequias de Juan Pablo II es “impresentable”. Por su parte, la titular de Unión por Todos, Patricia Bullrich, aseguró que “en la ceremonia de despedida la Argentina tendría que estar con su máxima autoridad”. Los reproches llegaron también desde la Iglesia. “No se entiende por qué, siendo el Presidente de un país que tiene muchísimo que agradecer al Pontífice muerto, opta por no ir a los funerales”, se quejó un portavoz religioso citado por la agencia DyN.
A medida que las críticas crecían, el Gobierno comenzó a poner paños fríos. El encargado de hacerlo fue inicialmente Scioli, quien ayer partió hacia el Vaticano junto al canciller Rafael Bielsa, y al secretario de Culto, Guillermo Oliveri. “Existe un sentimiento profundo del Presidente” ante la muerte del Papa, y “va a ir a la asunción del nuevo Papa”, dijo.
El Gobierno emitió además un breve comunicado titulado “Representación adecuada en las exequias de Su Santidad Juan Pablo II”. Según el texto, el Presidente decidió no asistir a la ceremonia por recomendación de Bielsa, quien –a partir de un informe de Ceremonial– “informó al Presidente que para evitar un doble viaje”, asistiera sólo a la asunción del nuevo Papa.