“Decir que hay que someter a juicio a Luis Posada Carriles por el método escogido para entrar a los Estados Unidos es un invento jurídico débil e inaceptable”, afirmó en La Habana Michael Avery, presidente del gremio nacional de abogados norteamericanos. Avery formó parte del nutrido contingente que llegó de los Estados Unidos para participar del encuentro internacional que se efectuó en Cuba para exigir el juicio y castigo a Luis Posada Carriles, terrorista y ex agente de la CIA de origen cubano cuyo ingreso ilegal a Estados Unidos ha puesto al gobierno de George W. Bush en un problema por las contradicciones que le genera con su campaña contra el terrorismo internacional.
Avery también es profesor de Derecho en la Universidad de Suffolk, en Boston, Massachussets. “Hemos urgido al presidente de Estados Unidos –afirmó– a que cumpla con la ley, pues el terrorista Luis Posada Carriles debe ser extraditado a Venezuela. Eso es lo que estipula el derecho internacional y a Bush no le queda otro remedio que enviarlo a ese país.”
Avery, un hombre alto, de pelo corto y que apenas habla algunas palabras en español, se indigna ante la posibilidad de que a Posada Carriles se le conceda asilo político en Estados Unidos. “De ningún modo, nuestra nación puede dar asilo a semejante terrorista, no solamente sería reprobable desde un punto de vista ético: también sería incorrecto desde el punto de vista jurídico, hay elementos jurídicos que impiden que Estados Unidos le dé asilo político, mientras que otros aspectos obligan a su extradición a Venezuela, de modo que no puede permanecer en territorio norteamericano ni puede ser enviado a otro país sino específicamente a Venezuela.”
Para el jurista norteamericano, “las mismas declaraciones hechas por Posada Carriles a un diario estadounidense, reconociendo sus actos de terrorismo, ya lo convierten legalmente en un candidato a no ser aceptado como exiliado político. Hablo como abogado, como profesor de leyes –agregó–, como representante de los abogados norteamericanos, y sabemos bien que si nuestro país firmó un acuerdo con Venezuela para la extradición de personas, esto es legalmente obligatorio, inviolable, jurídicamente procedente y, sobre todo, totalmente justo”.
Piero Gleijeses, un historiador italiano, profesor de la Universidad John Hopkins de los Estados Unidos, destacó a su vez “la capacidad del gobierno norteamericano a lo largo de la historia de transformar a la víctima en agresor y al agresor en víctima y esta capacidad se ha convertido en un mecanismo para intervenir en otros países en legítima defensa”.
Gleijeses se refirió al juego de espejos de que mientras Cuba es acusado de integrar el eje del mal, entre los gobiernos que protegen o impulsan el terrorismo con Estados Unidos, en realidad, es el gobierno de los Estados Unidos el que protege e impulsa a un terrorista que cometió numerosas acciones contra Cuba. “La línea medular de la política estadounidense –señaló– es el idealismo de Thomas Jefferson. ¿Qué significa? Palabras bellísimas que no tienen que ver con la realidad o que se le oponen. Por ejemplo, habló con hermosas palabras contra la esclavitud, pero era un gran dueño de esclavos.”