Mié 06.07.2005

EL MUNDO • SUBNOTA  › MENOS POBREZA Y MAS ECONOMIA EN GLENEAGLES

A bajar algo las expectativas

Por Walter Oppenheimer*
Desde Gleneagles, Escocia

Una cacofonía de mensajes con sintonías muy diversas presidió ayer la víspera de la cumbre anual de jefes de Estado o de gobierno del G-8. Mientras los países africanos exigían la condonación de la deuda a todo el continente, el gobierno británico empezaba a echar agua al vino y a reconocer que no va a ser posible colmar las altas expectativas creadas en torno de la cumbre. Y mientras los portavoces del primer ministro Tony Blair empezaban a dibujar una serie de acuerdos más modestos de los que se pretendía hace unas semanas, la coyuntura económica se ha ido abriendo paso en la agenda ante las presiones que crea el encarecimiento del petróleo.
Lanzada como la gran cumbre sobre Africa y el cambio climático, los desencuentros generados por los intereses contrapuestos de cada país empiezan a dar paso a una reunión algo más cercana al formato tradicional. Los primeros llamamientos para que la economía mundial centre los debates, lanzados días atrás por el gobernador del Banco Central de Canadá, han tenido eco en algunas de las delegaciones del G-8, el selecto club que agrupa, junto a Rusia, a las siete economías más desarrolladas del planeta (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido). Alemania ha insistido especialmente en la necesidad de incluir la coyuntura económica mundial en un momento en que el petróleo ha llegado a superar los 60 dólares por barril y los analistas ya no se inmutan ante la posibilidad de que el crudo llegue a superar la barrera psicológica de los 100 dólares. Era algo inimaginable hace apenas unos meses, pero algo que entra ya dentro de lo posible en estos momentos. Y la presencia de las tres grandes economías emergentes, China, India y Brasil, que junto a Sudáfrica se están incorporando aunque sea por la puerta de atrás a los debates del G-7 y el G-8, refuerzan la conveniencia de aprovechar el encuentro para abordar también cuestiones que afectan a la evolución de la economía mundial.
Pero los dos temas estrellas de la agenda siguen siendo el cambio climático y la lucha contra la pobreza en Africa. El gobierno británico, anfitrión de las reuniones del G-8 a lo largo de este año y gran padrino de la idea de concentrar los esfuerzos de este año en el calentamiento de la tierra y el desarrollo de Africa, está empezando a enviar mensajes de cautela ante las altas expectativas desatadas por la reunión. El primer ministro Blair y el canciller del Exchequer, Gordon Brown, están detrás de esas altas expectativas tras meses de machacona propaganda de su agenda africana y climática. Tanto Blair como Brown han viajado a Africa acompañados por un buen tropel de medios informativos y el primer ministro ha sido especialmente visible alentando el activismo del cantante y exitoso hombre de negocios Bob Geldof, alma mater de la serie de conciertos organizados el pasado sábado en los países del G-8 para presionar a sus líderes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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