El senador Eduardo Suplicy, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT), fue el primero en exigir la creación de una comisión de investigación parlamentaria a raíz de las denuncias de corrupción contra el PT, que son como una lluvia constante en Brasil. Suplicy, el parlamentario más popular de San Pablo, explicó a Página/12 los alcances de la crisis del gobierno de Lula da Silva a su paso por Buenos Aires, donde participó en una de las jornadas sobre política regional que organizó el Centro de Estudios de Política Internacional de la UBA.
–La crisis que atraviesa el gobierno con los escándalos de corrupción, ¿podría hacer que Lula no se presente a la reelección el año próximo?
–En principio, la expectativa es que se postule a la reelección. Hoy las encuestas muestran que Lula es el candidato más fuerte por delante de todas las alternativas, en gran parte porque ninguna persona acusó al presidente de participar en las irregularidades.
–¿En qué momento va a parar esta sucesión de denuncias sobre los sobornos?
–Es muy importante observar que las instituciones democráticas de Brasil están funcionando muy bien. Es cierto que hubo denuncias de procedimientos irregulares. Primero, hace casi dos meses la revista Veja mostró al jefe de departamento de empresa de Correos in fraganti recibiendo dinero. El presidente del partido aliado del gobierno de Lula, el PTB (Partido Laborista de Brasil), que fue denunciado en ese episodio, decidió como estrategia de su defensa decir que había un esquema por el cual la dirección del PT aprovechaba la designación de nombres para la administración pública en las diversas empresas, de modo que contratos establecidos con estas personas acaben beneficiando a ciertos diputados federales de la base aliada de Lula. El presidente del PTB, Roberto Jefferson –un diputado con mucha experiencia–, hizo denuncias muy serias, entonces hubo un gran clamor para establecer una comisión parlamentaria de investigación.
–También hubo resistencias de algunos petistas para la creación de la CPI.
–Yo, por ejemplo, insistí en que sería consistente con la historia del PT apoyar la comisión, y personalmente le dije al presidente Lula que por el bien del PT yo apoyaba la CPI. Hace cerca de tres semanas de la investigación fue diagnosticado que mucho de lo que dice Jefferson no era del conocimiento de Lula, pero sí de algunos miembros de la dirección del PT. Por tanto, hay muchos indicios lo suficientemente fuertes de que pueda ser verdad lo que afirmó Jefferson.
–El efecto contagio de las renuncias en el PT, ¿no le parece preocupante?
–No hay duda. Está programada para mañana (por hoy) una reunión extraordinaria de la dirección nacional del PT; yo tengo que estar en el inicio por ser miembro de esa dirección, y la expectativa es que haya una recomposición de la ejecutiva nacional del partido. El presidente, José Genoino, dijo en la reunión de la ejecutiva que su cargo pertenece al directorio nacional.
–¿La recomposición incluiría la salida de Genoino? Dicen que iría en su reemplazo Luis Dulci (ministro de Asuntos Institucionales).
–Sí, es posible que sí. Puede ser que se forme una comisión provisoria para dirigir el partido antes de las elecciones de septiembre, que son directas (se elige presidente del partido). Ya salió José Dirceu, podría salir Luiz Gushiken (ministro de Comunicación)... Todo en poco espacio de tiempo. Es difícil.
–¿Puede leerse que Lula se queda sin sus principales aliados?
–Con respecto a algunos de sus colaboradores más cercanos, es cierto que se da una modificación importante. Pero hay otros que están dispuestos a trabajar con él.
–La incorporación de ministros del PMDB –hubo tres, se está planeando una cuarta cartera–, ¿provoca un corrimiento más al centro de las políticas del gobierno?
–Lo importante es que el presidente Lula diga al PMDB que lo apoyen en sus directrices. Dos o más ministerios no hacen gran cosa.
–¿Qué sabe del reemplazo del Banco Central a raíz de las denuncias?
–Los ministros que precisan ser investigados tendrán que salir, incluido el presidente del BC que es también ministro. Su salida es muy probable.