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Más represión, la “política” de Blair
El primer ministro pidió luz verde para las medidas antiterroristas que discutió con líderes de la oposición.
Por Colin Brown *
Tony Blair presentó ayer iniciativas antiterroristas duras, en tanto prometió que Gran Bretaña no cederá “ni un milímetro” a los atacantes suicidas en este país o alrededor del mundo. En su ataque a lo que llamó la ideología “distorsionada” de los terroristas, el primer ministro aseguró que no puede haber justificación o excusa para los atacantes suicidas en Londres o en cualquier otro lugar. Blair subió la apuesta al llamar a los musulmanes a confrontar a los extremistas en las mezquitas británicas. Pero su llamado para una campaña contra la ideología de los extremistas alarmó a algunos de los críticos de la guerra en Irak dentro de su partido. “Está loco. Pone el carro antes del caballo”, alertó una figura del laborismo.
En un enfático exhorto para que la sociedad británica combata a los extremistas islámicos en todo nivel, Blair aseguró: “Quiero dejar una cosa muy clara: ante cualquier excusa o justificación que esta gente está utilizando, no creo que debemos ceder en lo más mínimo ante ellos, ni en este país ni en la forma en que vivimos nuestra vidas aquí... ni en Irak, ni en Afganistán, ni en nuestro apoyo a los dos Estados (Israel y Palestina), ni en el apoyo a las alianzas que elegimos, incluyendo a Estados Unidos. Quizás ofenda a alguien cuando digo esto, pero lo voy a decir igual: el 11 de septiembre fue para mí un llamado de alarma. ¿Saben lo que creo que es el problema? Gran parte del mundo se despertó en poco tiempo, se dio vuelta y se volvió a dormir”.
Blair incluyó claramente a los jueces británicos en sus críticas a aquellos que bajaron la guardia y los llamó a no bloquear el paquete de medidas antiterroristas más duras que discutió ayer en Downing Street con Michael Howard y Charles Kennedy, los líderes conservador y liberal demócrata, antes de irse por el receso de verano.
Además de las nuevas leyes anunciadas, Blair señaló su apoyo a aumentar el período de 14 días que los sospechosos pueden estar en custodia antes de ser acusados, a pesar del recelo de los líderes opositores; admitir en los tribunales como evidencia las escuchas telefónicas, convertir en un delito el entrenamiento de terroristas en campos en el extranjero y cerrar librerías islámicas extremistas y sus páginas de Internet.
El primer ministro respondió a las críticas que lo acusan de estar “negado” en cuanto al vínculo con Irak luego de los ataques de Londres, diciendo: “Se supone que dije que los ataques no tienen nada que ver con Irak. No dije eso. Lo que dije fue: por supuesto las personas van a utilizar Irak y Afganistán para tratar de reclutar gente. Creo que la mayoría de la gente entiende que las raíces de esto son más profundas.”
Un sondeo en The Times sugirió ayer que el 64 por ciento del público cree que ha convertido a Gran Bretaña en un objetivo por su alianza con George W. Bush y Estados Unidos en la guerra en Irak. Sin embargo, Blair se niega a modificar la continuidad de la presencia británica en Irak. Rechazó el llamado que hizo el fin de semana Robin Cook, el anterior ministro del Exterior, a un cronograma para la retirada de Irak, para demostrar que Gran Bretaña no tiene intención de ocupar el país indefinidamente. Cook lo contratacó anoche, diciendo: “Creo que es tiempo de que Occidente entienda que todo lo que estamos haciendo en Irak es aumentar el terrorismo, no disminuirlo. Si le preguntaran a Osama bin Laden qué es lo que quiere que hagamos, su respuesta sería que le gustaría que nos quedemos en Irak como lo estamos haciendo, porque nada lo ayuda tanto para reclutar soldados y dinero para su causa”.
Anoche, activistas laboristas hacían circular un modelo de resolución para la conferencia laborista que pedía adelantar la fecha de la retirada de las tropas británicas de Irak. Refiriéndose al informe de Chatham House, que dice que hubo un vínculo entre el recrudecimiento del terrorismo y la guerra en Irak, aseguró: “La situación en Irak se mantiene peligrosa e inestable, y la presencia de fuerzas extranjeras exacerban las condiciones del país”. Mark Seddon, un miembro del Ejecutivo nacional del laborismo, declaró: “Blair advirtió a la gente, previamente a la guerra en Irak, que Gran Bretaña era un probable objetivo del terrorismo. Nuestra aventura en Irak ha convertido a Gran Bretaña en un objetivo aun mayor para el terrorismo. Hay bombas explotando en el subte de Londres, pero no hay en el de París”.
Blair aseguró: “No hay justificación para que los ataques suicidas sean en Palestina, Irak, Londres, Egipto, Turquía o en los Estados Unidos. No hay justificación para ello y punto. Empezaremos a ganarle a esto cuando nos levantemos y comencemos a confrontar la ideología. No sólo a los métodos, sino también a las ideas”. “Digo que no debemos comprometernos con ello. No debemos ni siquiera permitirles un vestigio de una excusa para lo que hacen.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.
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