Al tiempo que los ministerios políticos brasileños continúan abocados a sofocar la crisis de corrupción, los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores observaban ayer con preocupación la visita del secretario de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, a Paraguay, a bordo de un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea. En Brasilia temen que la presencia del jefe del Pentágono abra camino al establecimiento permanente de tropas estadounidenses en Paraguay, a lo que el Servicio Paz y Justicia paraguayo denominó “Plan Paraguay”, en analogía con el “Plan Colombia”.
Semanas atrás, a poco de conocerse que el Congreso de Asunción había sancionado una ley, autorizó a militares norteamericanos a desplazarse y portar armas gozando de plena inmunidad mientras las Fuerzas Armadas brasileñas realizaron ejercicios en la frontera. Frente al evidente recelo brasileño, la embajada paraguaya en Brasilia dio garantías de que no habrá una base militar estadounidense en Itaipú, la represa hidroeléctrica ubicada en la frontera.